Por Hugo R. Arias

La Federación Americana del Trabajo de los Estados Unidos de Norteamérica, acordó en su IV Congreso celebrado en el año de 1884, fijar para los trabajadores una jornada diaria de 8 horas de trabajo y no más de 48 a la semana a partir del 1° de Mayo de 1886; llegado el día fijado, en la Ciudad de Chicago, quizá el mayor centro fabril de la Unión, las empresas incumplen el acuerdo por lo que los trabajadores paralizan las actividades y salen a la calle en señal de protesta, el día 4 se reúnen más de 50.000 trabajadores en una plaza y fueron repelidos por la fuerza policial de manera brutal, se produjo el lanzamiento de una bomba explosiva con saldo final de muertos y heridos regados en el sitio de la concentración, los 8 líderes del movimiento fueron encarcelados, sometidos a juicio, 3 fueron condenados a cadena perpetua y los 5 restantes a la pena capital, ahorcados el 11 de noviembre de 1887, los patronos vista la gravedad de los hechos y el riesgo que estaban corriendo, deciden acatar el mandato de los trabajadores reunidos en congreso, apaciguan temporalmente el conflicto, mientras que por su parte la Asociación Internacional de Sindicatos Europeos celebra su Congreso en Paris donde resuelven instituir como Día Internacional de los Trabajadores el 1° de Mayo de cada año, que se cumple con la excepción de algunos pocos países que han establecido otra fecha para dicha conmemoración.

En el caso venezolano es interesante destacar que nuestro país como miembro de la Asociación de las Naciones que luego devino en Organización de las Naciones Unidas, fue fundador y firmante del Acta Constitutiva de la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T) en 1919, comprometiéndose allí a dictar en el transcurso del primer año de la institución fundada una Ley del Trabajo reguladora de la prestación del servicio, esto se materializó 9 años después, es decir, julio de1928, cuando se aprueba la primera ley del trabajo venezolana.

En 1936 nace el sindicalismo en Venezuela, los trabajadores se agrupan en sindicatos, estos constituyen federaciones y confederaciones, tiene lugar el primer conflicto laboral en la naciente industria del petróleo con la huelga de 1936, se firman los primeros Contratos Colectivos de Trabajo, se aprueba una nueva Ley del Trabajo vigente hasta1991, se acepta el primero de mayo como día Internacional del Trabajador y luego en 1946 se decreta como día feriado; en 1947 se reconocen Constitucionalmente los derechos de los trabajadores, aún vigentes con ligeras modificaciones.

Todo lo anterior fue logrado
en democracia. Hoy estamos en presencia de un Gobierno, según ellos revolucionario, socialista, bolivariano, izquierdista, patriota, zamorano y pare usted de contar, comandado por un Presidente Obrero, y ese decir obliga a preguntar:

¿que han logrado los trabajadores con la revolución?, en la sumatoria aparece que eliminaron la discusiones de la Convención o Contrato Colectivo de trabajo, ahora los decreta el que te conté, se desconocen los derechos de los trabajadores previstos en la constitución desde 1947, expropiaron las casas sindicales de los sindicatos de verdad para reconocer solo sindicatos de bolsillo en manos de sindicaleros, el salario es irrisorio, lo simulan con “donaciones” para desconocer las prestaciones sociales, hablan del mínimo pero ignoran la escala móvil del salario que abarque a todos los trabajadores, las inspectorías del trabajo en la práctica no existen, la representación obrera en las empresas del estado paso a mejor vida, el IVSS propiedad de los trabajadores, empleadores y el estado como empleador, se lo apropiaron, ya no cumple su función de seguridad social, lo convirtieron en caja chica de pensionados por capricho o color político, y la asistencia médica hospitalaria dejo de pertenecer a quienes lo sostienen con sus aportes para convertirlo en parte de las fracasadas políticas de salud pública del estado, el derecho a la huelga y a la protesta la combaten con violencia sin medir las consecuencias.

Aquí, en el país presidido por un obrero, el día internacional del trabajador, es una vergüenza, las marchas y las manifestaciones no las aceptan, los participantes corren el riesgo de que imiten un Chicago.

Sin embargo, los trabajadores venezolanos saben lo que hacen, no se achicopalan ni se hacen acompañar por el pesimismo, en los momentos difíciles invocan la orientación de los mártires de chicago, la solución ante las dificultades presentes es la unidad de verdad en favor de todos y juntos pueden ayudar a abrir la puerta de la libertad recordando que a raíz de la muerte del dictador J.V. Gómez, nació en Venezuela un sindicalismo libre, ejemplo para muchos países del continente americano.

Felicitaciones para los verdaderos líderes sindicales en Venezuela.


Abogado, Ex Diputado del Congreso Nacional, Sindicalista, Analista Político.