Hugo Arias

El pasado Domingo de Ramos cuando asistimos a la iglesia, lo que hacemos regularmente cada semana para encontrarnos con el Dios de nuestras creencias, el Presbítero oficiante hizo mención a lo que pudiera ser considerado como uno de los primeros hechos de corrupción en la historia de la humanidad cometidos, el primero por el Apóstol Judas Iscariote, quien era parte del círculo de confianza de Jesús, hijo de María, al venderlo por 30 monedas de plata a los sacerdotes judíos de Jerusalén, quienes le condenan a morir en la Cruz, a pesar de la oposición de Poncio Pilatos lo que hace que ese juicio resulte parecido con algunos respaldados por un escandaloso silencio, y el segundo por la conducta de los compradores, quienes al ser informados de la resurrección del crucificado, entregaron a los guardias, a aquellos, no a los de hoy, unas monedas para que cambiaran la versión diciendo que el muerto fue robado por sus seguidores y que nunca resucitó.

Por su parte, San Juan en su evangelio llego a decir de Judas, que a este no le preocupaban los pobres, sino que era un ladrón. Igualmente, traemos a colación como hechos de corrupción en el Continente Americano, en tiempos de la colonización, el trueque que practicaron los conquistadores con los indígenas al despojarlos de objetos identificadores de su cultura y otros elementos de la época, costosos en Europa, que ellos pagaban con espejitos de escaso valor; otro caso, interesante sucedido a raíz de la perdida de la primera República y la entrega del Generalísimo Francisco de Miranda a los Españoles que lo enviaron a la Carraca en el Puerto de Santa María donde murió, a cambio de unos pasaportes para que algunos patriotas salieran de Caracas con destino a las Antillas vecinas, como señalan algunos historiadores; más cercano encontramos la apología histórica a favor de Zamora y en contra de Falcón en la llamada guerra larga o de la Federación, cuando en verdad, aún no se ha encontrado ni el fusil ni quien lo disparo para quitarle la vida al llanero quien gozaba de un discutido comportamiento ciudadano.

El caso de la junta de gobierno del 23 de enero de 1958 y el contrabando de 2 militares afines del dictador saliente para que formaran parte de la junta, los bichitos tuvieron que salir el 24 de enero vía Curazao y el Contralmirante pudo gobernar y graduarse de líder.

Todo lo anterior forma parte de la historia y si hemos hecho mención a ello es sencillamente para demostrar que también hay corruptela en muchos campos del quehacer diario, por lo que los estudiosos del tema en el mundo de la administración del Estado, la han definida como un complejo fenómeno social, político y económico que afecta directamente al Poder Público y consecuencialmente a la población cuando el gobernante se hace de la vista gorda ante semejante comportamiento, permitiendo al corrupto la utilización de los fondos del estado en provecho propio, personal y exclusivo, sin importarles los sinsabores que puedan afectar a los administrados.

Hoy nos están vendiendo unos hechos de corrupción en la administración del Estado, el presunto jefe no aparece y el administrador superior guarda silencio, pareciera que ahora lo ignora, cuando apenas ayer eran curruñas, amiguitos miembros de una misma causa, han detenido algunos presuntamente implicados en los hechos, pero del cabecilla ni pio, dieron el nombre y de vaina, no se sabe si es una banda o cualquier cosa, venezolanos, árabes o lo que sea, lo cierto es que muchos eran hombres de confianza en la administración del estado, que el caso no solo es petrolero sino que tiene otras ramificaciones, al decir de algunos en los corrillos políticos, más que unos hechos de corrupción pareciera que es el interés de gobiernos allende los mares, de hacerse dueños de la revolución y comenzar o materializar su mandato en estas tierras, que por cierto, solo se les parece por los médanos de Coro, y ellos con su desierto.

Presidente usted dice estar arrecho por la traición de la que ha sido víctima, lo considero, ahora imagine como estaremos nosotros que hasta el modo de caminar nos han robado, la corrupción está acabando con Venezuela, no de desde ahora solamente, sino desde los tiempos del difunto, que pareciera dio la partida para semejante comportamiento, recorra el país Presidente, infórmese no con los adulantes, sino con otros, revise el modo de vida de muchos dirigentes de cualquier nivel en su partido, acaso usted no sabe que el sistema hidrológico no funciona, la electricidad, las escuelas, las universidades, están en el suelo, las carreteras, los ingresos de las personas, el sistema de salud, la situación de los pacientes renales, el seguro social, en fin Presidente, usted esta arrecho porque el árabe lo traiciono, nosotros tenemos más de 20 años siendo traicionados, con todo respeto, abra los ojos porque la revolución anda por dentro, la traición está en la puerta, sus compañeros parecen cansados de usted y dejan ver que ahora les toca a ellos y ojo, no haga de la arrechera un estado permanente porque ella no le dejara pensar, digo yo, y de paso, pudiera resultar afectada su salud.

En este caso no se lave las manos como Pilatos lavo las de él.

Hugo Arias, abogado, ex diputado del Congreso Nacional, dirigente sindical.