Por más de dos años, casi desde el momento en que fue arrestado con base en una orden de Estados Unidos, Alex Saab ha insistido en que es un diplomático venezolano perseguido por su trabajo ayudando al país sudamericano a evadir sanciones estadounidenses.

A partir del lunes, el empresario nacido en Colombia tendrá la oportunidad de demostrar esa aseveración ante un juez en Miami a cargo de evaluar la evidencia sobre si Saab realmente cuenta con estatus diplomático.

Un grupo de manifestantes con banderas venezolanas y carteles que decían “Liberen a Alex Saab” estaban el lunes afuera del edificio Wilke Ferguson en Miami, a donde entraban nutridos contingentes de fiscales y abogados con gruesas carpetas.

Saab, de 50 años, fue sacado de un avión privado en el verano de 2020 durante una parada de combustible en Cabo Verde cuando se dirigía a Irán, donde iba a negociar acuerdos petroleros para el gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro. Fue acusado de conspiración para cometer lavado de dinero en relación con un caso de sobornos que supuestamente desviaron 350 millones de dólares por vía de contratos públicos para construir viviendas asequibles para el gobierno venezolano.