Simón Petit

Hoy serían 81, Alí. Hoy quién sabe dónde estuvieras. Lo cierto es que estarías rodeado de mucha gente. Muy probablemente extrañando a quienes partieron antes. Y por seguro doy que, estando en Paraguaná, bajo la ceiba de la casa de Carmen Adela, resonaría tu cuatro cantando al amor, la esperanza y a la eterna lucha por hacer de este mundo un espacio más digno para todos, lejos de la injusticia y más cerca de la honestidad y la equidad.

Los tiempos son otros y el mundo en su dinámica también es otro. Imagino a su vez que, si antes dabas dolor de cabeza a los gobiernos tan solo con una guitarra y un cuatro, cómo sería ahora con tu twitter, el Facebook, el Instagram, con el whatsapp a reventar y con algún canal de youtube, porque es verdad, por Dios de mi madre, tú no hubieses desaprovechado la oportunidad de estas plataformas para seguir con tu canto rebelde, con la palabra realenga y contestona ante lo mal habido, lo corrupto, lo injusto, lo impune. No sé qué opinarán muchos; pero conociéndote, no hubieres conciliado ni permitido chantajes, sobornos y vagabunderías de nadie.

Hoy son 81, y ahora digo en presente, porque sigues aquí: en cada corazón insurrecto que mantiene su principio y sueño, en cada lágrima de aquel que roban su esperanza y en aquel que se siente estafado en la ilusión de ver un futuro distinto al pasado que vivió y al presente que tristemente sufre. Hoy son 81, y tu voz sigue siendo bastión del oprimido, el canto obstinado, el grito estridente y la idea multiplicada, peligrosamente multiplicada.

Quienes llegan a este mundo y dejan su permanente recuerdo, lo hacen sin pensar que vinieron a ser santo y seña de los pueblos. El milagro de Alí es que cada vez, como Gardel, canta mejor y es vigente en algunas de sus canciones. Pasarán muchos años, no sé cuántos, y Alí seguirá presente. La bendición que Dios le dio fue precisamente la eternidad entre los hombres. Hoy son 81, y cantaremos su cumpleaños como tantas veces lo hemos hecho. Con la alegría de que se cumpla su más profundo deseo y el de todos: la Patria Buena “buena pa’ que vivan todos con bienestar y sin quejas, buena pa’ que la miseria se aleje de Venezuela, buena para que los ríos no los seque la candela”