La inflamación de las vías respiratorias y el enfisema son más comunes en los fumadores de marihuana que en los de cigarrillos, según un estudio publicado en ‘Radiology’, una revista de la Sociedad Radiológica de Norteamérica. Los investigadores señalan que la diferencia puede deberse a la forma en que se fuma la marihuana y al hecho de que el humo de la marihuana entra en los pulmones sin filtrar.

La marihuana es una de las sustancias psicoactivas más utilizadas en el mundo y la más fumada después del tabaco. “Sabemos lo que los cigarrillos hacen a los pulmones –afirma la autora del estudio, la doctora Giselle Revah, radióloga cardiotorácica y profesora adjunta de la Universidad de Ottawa (Canadá)–. Hay resultados bien investigados y establecidos sobre el consumo de cigarrillos en los pulmones, pero de la marihuana sabemos muy poco”.

Para averiguar más, la doctora Revah y sus colegas compararon los resultados de la tomografía computarizada de tórax de 56 fumadores de marihuana con los de 57 controles no fumadores y 33 fumadores que sólo fumaban tabaco.

Tres cuartas partes de los fumadores de marihuana tenían enfisema, una enfermedad pulmonar que provoca dificultades para respirar, en comparación con el 67% de los fumadores de tabaco.

Sólo el 5% de los no fumadores tenía enfisema. El enfisema paraseptal, que daña los pequeños conductos que conectan con los sacos de aire en los pulmones, fue el subtipo de enfisema predominante en los fumadores de marihuana en comparación con el grupo que sólo fumaba tabaco.

La inflamación de las vías respiratorias también era más frecuente en los fumadores de marihuana que en los no fumadores y en los que sólo fumaban tabaco, al igual que la ginecomastia, el agrandamiento del tejido mamario masculino debido a un desequilibrio hormonal. La ginecomastia se detectó en el 38% de los fumadores de marihuana, en comparación con el 11% de los fumadores de tabaco y el 16% de los controles.

Los investigadores encontraron resultados similares entre los subgrupos de edad, donde las tasas de enfisema e inflamación de las vías respiratorias fueron de nuevo más altas en los fumadores de marihuana que en los de sólo tabaco. No hubo diferencias en la calcificación de las arterias coronarias entre los grupos de marihuana y los de sólo tabaco emparejados por edad.

La doctora Revah reconoce que los resultados eran sorprendentes, especialmente si se tiene en cuenta que los pacientes del grupo de sólo tabaco tenían un amplio historial de tabaquismo.

“El hecho de que nuestros fumadores de marihuana -algunos de los cuales también fumaban tabaco- tuvieran resultados adicionales de inflamación de las vías respiratorias/bronquitis crónica sugiere que la marihuana tiene efectos sinérgicos adicionales en los pulmones por encima del tabaco”, comenta.

Además, nuestros resultados siguieron siendo significativos cuando comparamos los grupos no emparejados por edad, incluidos los pacientes más jóvenes que fumaban marihuana y que presumiblemente tuvieron menos exposición al humo del cigarrillo a lo largo de su vida”, añade.

Las razones de las diferencias entre los dos grupos se deben probablemente a varios factores. La doctora Revah señala que la marihuana se fuma sin filtrar, mientras que los cigarrillos de tabaco suelen filtrarse. Esto hace que lleguen más partículas a las vías respiratorias por fumar marihuana. Además, la marihuana se inhala manteniendo la respiración y dando una calada más larga que el humo del tabaco.

“Se ha sugerido que fumar un porro de marihuana deposita cuatro veces más partículas en el pulmón que un cigarrillo de tabaco promedio –apunta Revah–. Estas partículas son probablemente irritantes para las vías respiratorias”

La mayor incidencia de enfisema también puede deberse a la forma en que se fuma la marihuana. La inhalación completa con una maniobra de Valsalva sostenida, un intento de exhalación contra una vía aérea cerrada, puede provocar un traumatismo y cambios en el espacio aéreo periférico.

Según la doctora Revah, se necesitan más investigaciones, con grupos más grandes de personas y más datos sobre la cantidad y la frecuencia con que se fuma. Además, las investigaciones futuras también podrían analizar el impacto de las diferentes técnicas de inhalación, como por ejemplo a través de una pipa de agua, un porro o una pipa. “Sería interesante ver si el método de inhalación marca la diferencia”, señala.Contador