NAUCALPAN, México (AP) — Más de 14 millones de mexicanos están llamados a las urnas el domingo en dos estados donde no ha habido alternancia política porque llevan casi un siglo gobernados por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en unas elecciones donde se pondrá a prueba el avance de Morena, la agrupación del mandatario Andrés Manuel López Obrador, de cara a las presidenciales del próximo año.

Los comicios de mayor transcendencia nacional son los del Estado de México, la región más poblada del país que rodea a la capital y que combina suburbios, localidades populares y comunidades agrícolas con los principales males de la nación: la desigualdades, la violencia y la corrupción.

Aquí dos mujeres aspiran a la gubernatura. Delfina Gómez, la maestra de escuela candidata de Morena, se presentó durante la campaña como la imagen del cambio que tuvo lugar en 2018 a nivel nacional y de la política de “transformación” y “bienestar” que promueve el gobierno federal.

Alejandra del Moral, una ex alcaldesa con una larga lista de títulos universitarios representa al PRI que va en coalición con el conservador Partido de Acción Nacional (PAN) y el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), agrupaciones antaño enemigas y que sólo tienen en común unir fuerzas contra la aspirante avalada por el presidente.

Ambas alentaron a la participación al emitir su voto. Gómez lo hizo en Texcoco, una localidad humilde del este de la capital; Del Moral en Cuautitlán Izcalli, un suburbio acomodado del noroccidente, en medio un creciente sentimiento de hartazgo del electorado hacia sus gobernantes.

“Nosotros queremos el cambio, que nos hagan caso”, se quejaba Rufina Pérez, una jubilada de Naucalpan, un suburbio al noroeste de Ciudad de México. “Todos nos prometen, PRI, PAN ya pasaron ya sabemos cómo fue”, agregó la mujer que confiaba en que con Morena las cosas empezarán a ser diferentes.

Curiosamente, también pedían cambio quienes dijeron haber votado por Del Moral.

“En Estado de México lo que más nos preocupa es la seguridad”, aseguró Victor Manuel Olmos, que se autodefinió como votante del PAN de la misma localidad.

Socorro Hernández mostraba también su disconformidad, aunque en su caso con el gobierno nacional. Por ello consideraba “muy importante” ir a votar este domingo para mostrar su desacuerdo con el partido de López Obrador.

Los sondeos sitúan a Morena a la cabeza en el Estado de México, una contienda que muchos consideran como un adelanto de las próximas elecciones presidenciales, en las que el partido oficialista también es visto como el favorito.

Y aunque el PRI podría mantener el gobierno del estado de Coahuila, una entidad escasamente poblada de la frontera con Estados Unidos donde dos millones de votantes también eligen gobernador este domingo, perder el Estado de México podría significar el fin del PRI como un actor político de relevancia, hegemónico durante siete décadas del siglo XX y que logró regresar a la presidencia de 2012 a 2018.

Y como suele suceder en casi todas las votaciones mexicanas antes casi que los votos llegan las denuncias. El presidente nacional de Morena, Mario Delgado, dijo que existía una operación “de persecución, hostigamiento y amedrentamiento” contra sus sinpatizantes y delegados en el norteño estado de Coahuila pero el gobierno de esta entidad afirmó en un comunicado se trataba de “operativos de seguridad que de manera regular se llevan a cabo”.

El presidente López Obrador se mostró confiado el viernes. “Hay que dejar a la gente que decida con libertad”, dijo. “Yo espero que todo trascurra este fin de semana con tranquilidad, y hay que estar muy, muy optimistas”.