HUGO R. ARIAS

Desde hace un buen tiempo a esta parte personeros del gobierno y de la dirigencia política con ellos identificados, han venido utilizando de manera continua, permanente, consecutiva y fastidiosa el vocablo sanción buscando con ello atribuirle a esta expresión jurídica la responsabilidad de todos los males que hoy padece la población, y por mampuesto buscar excluir a quienes han sido los protagonistas o actores principales directos del desastre gubernamental que hoy acogota al venezolano; ante este cuadro estimamos importante destacar que la sanción no es más que la resulta aplicable al ciudadano o institución, privada o pública, según el caso, que deviene como consecuencia jurídica desfavorable y se impone al obligado por el incumplimiento de un mandato que al final afecta al administrado, receptor perjudicado por semejante proceder del obligado, de tal manera que continuar con el San Benito de las sanciones y el bloqueo que los gringos aplican al país con la pretendida intención de lanzar al baúl de los recuerdos la llamada revolución socialista y bolivariana como responsables de la crisis que vive actualmente la población, cuando, a decir de los sancionados, quieren destruir el avance y el progreso que ellos han traído para Venezuela lo que se refleja en los rostros alegres, es decir, que las sanciones y el bloqueo son parte de la política norteamericana contra Venezuela desde el mismo momento que se instaló el modelo socialista en la gobernanza nacional. En Venezuela los sancionados pretenden y aspiran a que el sancionador les revoque la medida contra ellos dictada sin que hasta la fecha hayan mostrado un solo elemento de rectificación en los actos que dieron origen a la causa que riela en el expediente instruido al efecto, es posible que se consideren acreedores a una medida de gracia similar a aquella con la que premiaron al golpista del 4f, hoy difunto, por considerarse estos quizás, los únicos herederos políticos de aquel, y el problema radica en que la acción golpista fue conocida por una instancia nacional donde posiblemente el Presidente de la Republica pudo haber ejercido alguna influencia en favor del Teniente Coronel, mientras que en el presente caso la sanción es exógena, es decir, dictada por instancias y autoridades ajenas a la Republica y en consecuencia de influencia un poco más complicada para inventar una medida
complaciente ajustada al traje del peticionario. Lo que también es cierto y presumimos no ha sido estudiado por los mandantes, dejando en el aire un claro tufo de irresponsabilidad y posible complicidad, es el camino a seguir para que se apliquen las sanciones endógenas previstas en la legislación nacional a todos aquellos que han participado en la destrucción de la Industria Petrolera que nos afecta por igual a los venezolanos de a pie, los enchufados son otra cosa, también para aquellos que acabaron con el sistema eléctrico nacional y luego se establecen como residentes en un país europeo, o la médico de quien se dice no supo manejar su cargo y hoy los hospitales del sistema público nacional de salud y los del I.V.S.S. dan dolor verlos con muchos de sus equipos dañados, sin medicina y con pocos profesionales de la salud, pues una gran parte de ellos se han visto obligados a marchar a otros países para saber lo que se siente cuando se prueban las acidas uvas de la ausencia (A.E.B.), del problema hídrico ni hablar, igual que del sistema educativo y los salarios de los funcionarios públicos, por solo mencionar unos muy pocos ejemplos, si existiere a nivel gubernamental aunque fuese una muy pequeña disposición de dictar sanciones a quienes han sido autores, coautores, colaboradores, cooperadores y algo más, quizá pudiera regresar la sonrisa al rostro de nuestros coterráneos con la alegría que significa saber que aquellos que en nombre de Bolívar han hecho todo lo humanamente posible para acabar con la Republica, pero que esta ha resistido con más fuerzas que la que exhibieron los patriotas de la rebelión de 1814, saber que esos sujetos con disfraz de ejecutivos miembros del funcionariado, serán premiados con las sanciones que la legislación patria ordena y enviarlos a su nuevo domicilio ubicado en un Centro de Reclusión para sujetos con currículo donde sobresale la tramposería y las mañas para desfalcar la Republica y aumentar las carteras de sus allegados. Estamos comenzando el tiempo de la cuaresma, y aun cuando desde el Gobierno pudieran tener formas distintas de pensar en el campo de la religión y la fe, aspiramos a que mediten, revisen la actuación, piensen en Venezuela y comiencen a transitar el camino de la realidad, aprendiendo de los errores, rectificando lo que sea necesario y ofrecer una calidad de vida decente para todos los compatriotas.

Abogado, ex diputado del Congreso de Venezuela, dirigente sindical, político.