Por Hugo Arias
Es de tal gravedad la crisis en la que se encuentra nuestro país que diariamente sobrepasa el principio de credibilidad, cada día y no exageramos, se presentan más dificultades que pudiendo destacar el inimaginable desempleo y los bajos salarios que se pagan a quienes han tenido la suerte de ser contratados devengando un salario de Bs 130,oo o 4.64 $ al mes, que es igual a Bs, 4,33 o 0,15 $ diario, con renuncia tacita a los beneficios de vacaciones y antigüedad por el miserable salario que no alcanza ni siquiera para comprar unos huesos que pudieran ser destinados a la preparación de un sancocho, corriendo el riesgo de que efectuada la compra no consiga el agua para preparar el alimento, aparte de que no llevara las verduras por la imposibilidad del productor agrícola de trasladarlas desde la región andina hasta nuestros lares, pues no consigue el combustible para el vehículo, y si deja la cosecha en el fundo o conuco de la producción corre el riesgo de ser acusado de terrorista y/o conspirador por lo que pudieran iniciar un juicio penal con proyección nacional, ese es el pan nuestro de cada día en muchos hogares y no hablemos de la medicina para combatir algún problema de salud, pues corremos el riesgo de que se agrave el paciente y ello pudiera venir con lo que nadie desea ni espera y no habrá dinero para cubrir los gastos fúnebres. Ese desgraciadamente es nuestro día a día en revolución, la situación es cada vez peor y ello obligó a desempolvar ocupaciones propias del socialismo del siglo XXI tales como la del cuida puesto o guarda cupos que aparecieron en las inmensas colas que se formaban en supermercados y panaderías para poder adquirir algún producto alimenticio, hoy ese trabajo existe en las estaciones gasolineras con bajos ingresos para quienes desempeñan el oficio. Confieso que llegue a pensar que dicho oficio ya transitaba el camino de la historia por su inaplicación, pero como la vida te da sorpresas, yo recibí la mía el pasado sábado 24/6 cuando la representación de un partido político asistió a inscribir su candidato para la elección primaria, la comisión encargada de la actividad había sido condescendiente cuando prorrogo por 24 horas el plazo para la inscripción, esa prerrogativa fue aprovechada para inscribir lo más parecido a un cuida puesto o cuida cupo y muy distante a la de un aspirante a la candidatura presidencial. Tal hecho hace pensar que detrás de semejante jugada, sorpresiva y sin posibilidad cierta de victoria, venía fraguándose entre gallos y medianoche

que es cuando trabaja el crimen, una jugada con cartas marcadas cuyo objetivo perseguía destruir el camino de la unidad sin importarles cuales aspirantes serían los perjudicados, pues al final el resultado pudiera ser una derrota para el pueblo y un triunfo para el que te conté, mientras que los jugadores quizás consigan seguir en el cargo, eliminar sanciones o impedimentos, así como levantar la judicialización partidista, y quizás otras prebendas muy apetitosas, probablemente no han terminado de tomar en cuenta lo sucedido, pues la ambición pudiera haber tocado a la puerta y no han tomado en cuenta que cuando el adversario promete solventarte algo que te beneficie es bueno sacar la cuenta de cuánto cuesta el favor y de qué tamaño es la hipoteca, pues si te invade el arrepentimiento, revisa el camino del retorno y mira si fue destruido por quien te gano la partida, más aun, quien resultó ser el favorecido, pues la negociación o entendimiento de que se trata, pudiera estar orientada a trastocar lo que hasta ahora ha sido una lección para el mundo político como lo es el entendimiento desde el primer día de mandato para reconstruir la Patria. La experiencia y el camino transitado hasta ahora nos dicen en alta voz que debemos ingresar al Siglo XXI, ya tenemos un atraso de 25 años y para ello es necesario un paso al frente de manera unitaria, dejar la ambición individual, tengamos siempre presente que en el ejercicio de la política siempre es recomendable llegar a entendimientos que beneficien el colectivo y no dejar que el odio político puede convertirse en un cáncer incurable.

Abogado, analista político y ex diputado del Congreso Nacional