“God save the King”, dijo el jefe de ceremonias.
Gran Bretaña tuvo así oficialmente proclamado un nuevo rey, Carlos III.
Cada uno de los miembros del Privy Council firmaron su proclamación y luego, lo hizo el soberano.
De este manera, Reino Unido aseguró la continuidad de una monarquía de 1000 años y Carlos asumió formalmente como nuevo Rey, tras la muerte de su madre la reina Isabel II.