Las nuevas lecturas geopolíticas en términos del nuevo “mercado petrolero” genera diversas interpretaciones, donde los elementos “preelectorales” juegan un primer plano global, sin distingo de ideologías políticas
David Mendoza, director del portal Termómetro Económico, en medio de los múltiples escenarios generados por el conflicto en Ucrania, acotó que “es evidente un aumento de los precios energéticos a nivel global. Esta realidad, está teniendo y tendrá efectos en la economía mundial. Sin embargo, quisiera en principio, explicar las consecuencias para Venezuela, tomando en cuenta la actual política monetaria que está aplicando el Gobierno venezolano”.
Aumento de la factura petrolera por precio y volumen
Los ingresos petroleros venezolanos, van a verse incrementados por el incremento de los precios, y por el aumento de la producción que se asoma con la visita de la delegación de alto nivel del gobierno de los EEUU a Venezuela. Se avizora, que se realizarán las inversiones necesarias para elevar la producción lo más rápido posible, con un buen horizonte para el año 2023. El compromiso más frontal, parece tenerlo la empresa Chevron. Tan cierto es lo que se avizora, que la deuda de PDVSA está siendo tentadora de nuevo para los inversores.
¿Acompañará la producción privada?
Todo indica que no. Para poder apuntalar la producción privada del país y convertir el ingreso en salarios productivos, se requiere una serie de medidas que el gobierno parece no estar dispuesto a tomar, al menos hasta después de las probables elecciones presidenciales de 2024.
¿Cuáles son esas medidas?
- Equilibrar el tipo de cambio a la inflación acumulada. Esto, para abaratar los costos de producción interna (en el país) y no favorecer las importaciones, como lo ha venido haciendo a lo largo de estos 22 años y que, tanto daño le ha hecho a la producción nacional.
- Subsidiar al productor y no al consumidor final (a través de subsidios abiertos como el programa de alimentación – Clap, entre muchos otros). En todo caso, crear programas sociales definidos en objetivos: alcance, tiempo, espacio.
- Direccionar las compras públicas al sector privado nacional y no seguir exportando la riqueza venezolana producto del petróleo, a través de la importación de productos para realizar los subsidios abiertos internamente, perjudicando al productor nacional.
- Reactivar el crédito a través de la disminución del encaje legal bancario.
- Estimular la economía a través de la disminución de los impuestos al consumo y a las grandes transacciones financieras.
Nota: no basta con aumentar el gasto público a través de la contratación de los “amigos y aliados”. Es preciso crear condiciones económicas generales que permitan reconstruir el tejido productivo criollo.
Creo que se está haciendo todo lo contrario ¿no?
Así es. Se está manteniendo una paridad cambiaria a punta de quemar dólares en la economía. Esto es posible, ya que la economía venezolana se volvió tan pequeñita, que con unas pocas decenas de millones de dólares (lo cual para un país como el nuestro, no debería causar ningún efecto) el gobierno es capaz de mantener frenado el tipo de cambio, abaratando el precio del dólar, lo cual favorece las importaciones y encarece la producción nacional. Pero (y aquí está la médula del asunto) produce la sensación de mejora del nivel de vida de la población, algo muy conveniente en un escenario pre electoral. Sin embargo, sin producción, no es sostenible tal mejora. Los venezolanos lo vivimos ya, y lo sabemos muy bien. Los salarios hay que producirlos. La riqueza primero hay que producirla para luego salarizarla; sino, pan para hoy y hambre para mañana. Luego vienen los temibles y dolorosos ajustes económicos post electorales. En el caso venezolano, ajustes post caída de los precios petroleros. Pero hay que señalar la positiva señal de gobierno de devolver los activos expropiados, aplaudimos esta medida.
¿El aumento del precio de la energía influirá en un aumento de los precios de las cosas?
Sí. La producción mundial experimentará un aumento en sus costos, lo cual se trasladará a los precios de los bienes y servicios. En nuestro caso, dado que cerca del 90% de lo que el país consume es importado, estaremos siendo afectados tremendamente por esta situación. Venezuela importará ese incremento de precios, superpuesto al anterior incremento producto de la situación creada por el Covid 19. Así las cosas, al ciudadano le aumentará el costo de vida en dólares, mientras sus ingresos, mejorarán en la medida en la cual el gobierno aumente los salarios del sector público, posibilitado por el aumento de la factura petrolera. En el caso del sector privado, si no hay crecimiento de la producción nacional, pues no habrá mejora en los ingresos de las familias. Esto supone un cuadro en el cual, veremos revertirse las políticas de liberación económica que había estado permitiendo el gobierno, obligado por su billetera vacía. Ahora, con la billetera llena por el ingreso petrolero, veremos a un sector privado dependiente de políticas y condiciones para la producción que no están dadas, y una población dependiente de los programas y subsidios abiertos, generosamente implementados por un gobierno tiernamente paternal y protector, en un ambiente pre electoral.
¿Por qué supones que el gobierno no prioriza la producción privada?
Creo tener una idea. “El que paga manda”. Cuando los ciudadanos son productivos y la economía privada crece. Entonces, los estados viven de los impuestos de los “ciudadanos”. El ciudadano pasa a ser el elemento fundamental de la república. Por tanto, los gobiernos tienden a respetarles sus derechos y a promover el crecimiento económico para que aumente la masa de recursos públicos y poder mejorar la gestión y el funcionamiento de los servicios. Y se crea un círculo virtuoso, donde el ciudadano exige al gobierno conductas determinadas y respuestas a sus problemas sin sacrificar sus derechos. El caso contrario, es cuando los gobiernos son los dueños de los medios de producción y los ciudadanos dependen absolutamente de las políticas sociales que el gobierno implementa. Como el gobierno es el dueño de los recursos y la producción, no requiere de los impuestos de los ciudadanos, por tanto, la figura de ciudadanía se desdibuja en su dependencia de programas públicos. El gobierno se convierte en padre y protector de los habitantes. No tiene que lidiar con ciudadanos. A la larga se crean monarquías electorales. Reyes electos formalmente y súbditos electores sin alternativas ni alternancia.