Un análisis de la huella que dejó el modelo chavista en la izquierda venezolana y latinoamericana, al cumplirse 10 años de su fallecimiento.

Bien se dice que la distancia temporal es un requisito indispensable para una valoración equilibrada de las figuras y los hechos históricos. Este 5 de marzo de 2023 se cumplen 10 años de la muerte de Hugo Chávez. Aunque una década es un tiempo relativamente corto en términos históricos, el lapso transcurrido ha ayudado a vislumbrar con un poco más de claridad cuál fue la impronta que las ideas y la figura de Hugo Chávez dejaron en la izquierda venezolana y latinoamericana.

Desde un punto de vista ideológico, sostiene Guillermo Tell Aveledo Coll, decano de la Facultad de Estudios Jurídicos y Políticos de la Universidad Metropolitana de Caracas, y profesor especializado en el estudio de las ideas políticas, «Hugo Chávez pertenece a la tradición de la izquierda revolucionaria latinoamericana marxista leninista dentro de la cual fue una figura ambivalente, pues su origen no viene de allí. Su origen son las Fuerzas Armadas. Chávez fue un militar caudillista carismático, con un discurso donde se mezclaron las ideas revolucionarias del marxismo leninismo con elementos nacionalistas, indigenistas, antioccidentales y antieuropeos”.

Aunque el modelo promovido por Chávez tenía dentro de sus banderas ideológicas la promoción de una democracia participativa y protagónica, lo cierto es que su modelo, además del componente estatista, tuvo siempre un sustrato autoritario, antiliberal y antirrepresentativo, lo cual quedó evidenciado en los decretos preparados a los efectos del intento de golpe de Estado de febrero de 1992. Si bien esa intentona se frustró y Chávez terminó llegando al poder a través de elecciones democráticas, el sustrato autoritario se hizo presente en su gobierno muy pronto, tal como se constata con los datos del proyecto V-Dem, que muestran como Venezuela pasó de ser una democracia electoral, en 1998, a convertirse en una autocracia electoral a partir del 2003.

Desmontado el Estado de derecho y el equilibrio de poderes en Venezuela, Chávez manejó a su total discreción una exorbitante cantidad de dinero proveniente del aumento internacional de los precios del petróleo para apuntalar su modelo político en el país y promoverlo en América Latina. De acuerdo con cifras suministradas por el propio gobierno, Venezuela recibió entre 1999 y 2014 más de un billón de dólares. Por ello, explica, el profesor Aveledo, «mientras Hugo Chávez estuvo al frente del gobierno, disfrutó del espejismo de una popularidad basada en el uso y reparto irresponsable de la renta petrolera. En esos momentos muchos de los efectos más nocivos de su política centralizadora, autoritaria, antipluralista y económicamente fantasiosa no llegaron a manifestarse en toda su dimensión. Chávez murió justo en la coyuntura en la cual empezaron a asomarse las dificultades de su modelo económico, que ya habían sido advertidas por todos los analistas, pero que se evidenciaron en toda su gravedad una vez que se acabó el tiempo de los altos precios de las materias primas”.

Dw