Por Hugo R. Arias

Recientemente, cuando tuvimos conocimiento por las redes sociales de la petición presentada, ignoramos el procedimiento, a la Plataforma Unitaria, ente rector del Proceso Electoral denominado “Elección Primaria” por uno de los aspirantes inscrito formalmente en el mismo, quien además es abogado y dirigente partidista, presuntamente inhabilitado administrativamente por la Contraloría General de la Republica, a fin de que estudie y acuerde una solución en el supuesto de que resulte ganador algún participante sobre quien se encuentre vigente una medida de inhabilitación que impida la postulación por ante el Consejo Nacional Electoral como aspirante a la Presidencia de la Republica en nombre de la oposición en la elección a celebrarse en el año 2024, conforme a lo dispuesto en la ley Orgánica de Procesos Electorales, redactada y aprobada por el Chavismo, esa propuesta trajo a mi memoria una composición musical interpretada por el cantante panameño Rubén Blades, titulada Pedro Navaja, no por el puñal del tal perucho ni tampoco por el revolver de la caminadora, sino por la repuesta del coro musical cuando dice “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, hay dios” y esa sorpresa aumenta cuando vemos que el proponente espera del órgano receptor de la oposición encuentre una solución en base a su planteamiento antes de la elección Primaria previsto para el 22 de octubre, es decir, en menos de 50 días y aquí comienzan las interrogantes con preocupación, veamos ¿porque buscar solución a un problema que no existe?, ¿el proponente estará reconociendo desde ya su derrota y pudiera también desconocer la opinión del elector con su voto?, ¿conoce el alcance de la inhabilitación en la legislación?; en fin, la pretensión pareciera buscar un camino distinto al deseado por quienes persiguen la reinstalación de la democracia, siendo posiblemente una de ellas la suspensión de la elección del 22-10 y en su lugar convertirse en patrocinador de un consenso girando alrededor del socio de última hora a quien el locatario miraflorino ha alabado en su gestión zuliana por su afición al levantamiento de sanciones, o quizás, para no ser tan evidente escoger en grupos nocturnales un candidato acomodaticio, aceptado por amigos sin interés en un cambio para Venezuela, y en el peor de los casos buscar confundir la elección primaria con una carrera de caballos con ejemplares no válidos para ninguna apuesta y otros que serán los ganadores escogidos por la banca suiza, convirtiendo la sorpresa en felicidad y alegría para quienes tienen la derrota en la frente e igual para quienes tú te imaginas. Aquí, conforme a la Constitución y la legislación producidas por el chavismo, en el proceso convocado por la Plataforma no hay aspirante sometido a juicio, penalizado, con medida de reclusión ni accesoria y agotamiento de la instancia, por lo que ninguno está impedido de aspirar la candidatura presidencial, todos deben participar, salvo los renunciantes si los hubiere, es regla de honor que gana quien saque más votos, por si lo han olvidado. A estas alturas resulta impertinente y hasta de mal gusto invocar medidas que no existen pretendiendo excluir a quien tiene la primera opción de victoria. Si es la fuerza, la soberbia, el miedo o quien sabe qué otra cosa las que motivan la solicitud de anulación de un ganador sin existir causas valederas, la decisión es inaceptable y al solicitante que revise sus acuerdos o compromisos para que pueda reclamar su parte porque el árbitro que es el votante, con toda seguridad no le concederá la razón obligándolo a cargar con las consecuencias propias de la derrota sufrida, tanto en la oficina como en las boletas electorales, hechos que liquidan la obligación encomendada, no quedándole más recurso para no perder todo que utilizar como alegato el mismo del bateador que sale como emergente en el último inning del juego, le piden un hit, pero el pitcher le lanza tres rectas de más de 100 millas las cuales abanica, recibe su ponche y termina el juego, el manager le reclama el comportamiento y el responde con argumento valedero: si, me ponche pero le tire duro. Saque usted sus propias conclusiones.


Ex Parlamentario, Abogado y Dirigente Sindical