Soy un ciudadano empresario venezolano consciente y comprometido con la restauración de nuestra democracia. También un fiel creyente de la igualdad, confiabilidad, imparcialidad, transparencia y eficiencia del funcionamiento del Poder Electoral, como lo señala nuestra Constitución en su artículo 293.

En marzo 2021, tuve el honor de ser postulado como rector del CNE por el Foro Cívico en representación de la sociedad civil, formando parte de un valioso grupo de 15 venezolanos independientes a quienes admiro y respeto por su destacada trayectoria e incuestionable solvencia ética. Luego, el 4 de mayo de 2021 fui designado como Rector suplente por la controvertida Asamblea Nacional.

Acepté visualizando al Consejo Nacional Electoral como una verdadera herramienta de cambio real y efectivo para el país.

En mi criterio el Poder Electoral es la llave que puede abrir muchas puertas que han estado cerradas o ignoradas desde hace mucho tiempo. Un escenario de la sociedad civil para el ejercicio pleno de nuestros derechos y deberes, para cumplir con obligación moral y ética de aportar mediante el diálogo, la negociación y el acuerdo en lo relacionado con el derecho a elegir de todos los venezolanos, administrándose la voluntad política de individuos y grupos de forma libre y soberana, pacífica y organizada.

Hoy puedo afirmar que el derecho a elegir de todos los venezolanos está en terapia intensiva. Las condiciones del CNE son muy precarias, difíciles y complejas. Las inhabilitaciones políticas, las intervenciones judiciales que entorpecen y contaminan los procesos electorales, las arbitrariedades y ventajismos del gobierno, su precariedad presupuestaria, un registro electoral no depurado ni actualizado y el deterioro general de las condiciones y garantías a los electores son realidades que conspiran en contra del Poder Electoral.

Abordando tales realidades es que podríamos generar las oportunidades para que todos los venezolanos, desde donde se encuentren, dentro y fuera del país, puedan no solo votar sino también ser responsables de elegir.

Por motivos estrictamente personales debo regresar a mis compromisos particulares, generando la oportunidad para que otro representante de la sociedad civil haga también su contribución. Con satisfacción y orgullo dejo un modesto aporte y apoyo en el arranque del actual CNE, según la opinión de muchos nacional e internacionalmente, está conformado por el mejor equipo de rectores en los últimos 20 años de nuestra historia electoral, más allá de la inclinación política de cada uno.

Para todos ellos, mi sincero deseo de éxito, en esa inmensa responsabilidad que tienen ante el país como garantes de la legalidad electoral y promotores del fortalecimiento de la democracia en Venezuela

Seguiré siendo parte de esa sociedad civil inconforme y exigente, que interpela y emplazan al gobierno y a la oposición, para demandarles que se conecten con las necesidades de la gente y resuelvan sus problemas. Continuaré promoviendo el diálogo y la negociación política.

Quiero, en fin, que mis hijos puedan tener un país lleno de oportunidades, pudiendo expresar libremente que se sienten orgullosos de ser venezolanos.

Redacción Web