” No darle al obrero su salario es quitarle la vida”
Eclo. 24:22

Por Miguel Àngel Paz

   Partiendo de una premisa de un antecedente como irrelevante trabajador con oficio de conductor en vehículos de motor,  en una empresa del Estado, por parte del primer mandatario, aún cuando todo trabajo es digno, en forma desmesurada la dirección de su gestión ha sido calificada como la abanderada de tan protagónico sector, toda una incongruente contradicción con la realidad tràgica que hoy lo sacude: intromisión oficial en los cargos de dirección en los sindicatos, cercenamiento de la sagradas conquistas de la huelga y la contratación colectiva, reguladora esta última de la relación obrero patronal, imposición de sueldos a niveles indecorosos, allanamiento de sedes, concluyendo con la persecución contra la justa protesta que va acompañada con la privación ilegítima de libertad y alimentación, violentando derechos universales como los humanos, el de la legítima defensa, añadiendo los constitucionales.Toda una actuación contrastante con el demagógico calificativo que pretende imputarsele, (estafa ideológica) endosada con el insólito mote de "socialismo revolucionario del Siglo XXI" . Galimatías,ni lo uno ni lo otro.

    Se pretende desconocer que es la clase trabajadora una de las protagonistas en la búsqueda de la solución de los problemas relativos a la vida económica que en una democracia, hoy truncada, reclama tratamiento abierto con participación de todos los factores que intervienen en un proceso de producción y distribución de bienes, es decir, con libertad sindical que permita a los trabajadores hacerse sentir, ser escuchados y reconocer su peso en las decisiones trascendentales en la vida de un país. Por cuánto a este sector de una sociedad moderna, concierne, su participación activa en el funcionamiento de la economía, proceso que   inició históricamente mediante la lucha de clases postulada por la doctrina marxista y su programa pràctico. Un proletariado explotado al màximo en la fase del desarrollo capitalista a que diera lugar la revolución industrial, encontrando el instrumento de su propia defensa en la coligación para la huelga y en el sindicalismo que lograría por lo pronto levantar la

condición social y de vida de los obreros a niveles soportables, finalmente dignos, decentes.

     Estos niveles tienen su culminación y tope, claro està, en el límite de elasticidad de la economía en esta hora actual acompañada con represión, repito conculcando derechos, pone en evidencia la dificultad en que se encuentran las organizaciones sindicales, presionadas para no ceder ante los chantajes de una forma de gobernar interesada en destruir la convivencia pacífica.

   Nunca como ahora la dirigencia sindical que tradicionalmente ha ocupado espacios libertarios en la vida política nacional, había estado sumergida bajo una opresión reaccionaria y autoritaria como en los actuales tiempos, aún bajo un férreo y criminal régimen dictatorial, irrumpió el 10 de febrero de 1925 con la primera huelga petrólera en el campo de La Rosa en el Distrito Bolívar del estado Zulia, liderizada por Augusto Malavé Villalba. El petitorio exigía aumento de salario de 5 a 10 bolívares diarios, jornada de trabajo de 8 horas diarias, estabilidad laboral. Finalmente luego de varios días, la empresa y el sindicato acordaron 7 bolívares diarios y jornada de 8 horas diarias.La parte patronal correspondió a la concesionaria para explotación y comercialización a la empresa inglesa-holandesa, Shell, en clara connivencia con el gobierno.

  La otra referencia se refleja el 1 de diciembre de 1936, posterior a la muerte del sátrapa, con un gobierno de transicción pero militarizado, cuando fue decretada una huelga por la Unión Sindical Petrólera, dirigida por Manuel Taborda que aglutinaba a todos los sindicatos petróleros del país y se inició en Cabimas por el sindicato que liderizaba Isidro Valles, fue acompañada por los afiliados en Mene Grande, Lagunillas, Bachaquero y San Lorenzo en el estado Zulia, Mene de Mauroa y Puerto Cumarebo en el estado Falcón bajo la dirección de Jesús Farías, se abstuvieron los trabajadores de los campos de Caripito, San Tomé, El Tigre y Quiriquiri en el oriente del país. Participaron 10.000 trabajadores y puede concebirse como la primera de mayor alcance aglutinadora como presencia laboral. El pliego conflictivo luego de varios días logró la homologación salarial de 10 bs., reconocimiento de los sindicatos como genuinos representantes de los trabajadores entre otros beneficios. La  fuente patronal era de origen norteamericana, la empresa Creole Petroleum Corporation, acordada con el gobierno nacional.

    Más tarde, el 14 de noviembre de 1946 se funda la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), presidida por Bernardo Pérez Salinas, lo que le dió institucionalidad nacional e internacional (OIT) a la clase trabajadora.

  Lo ocurrente en la actualidad es la persecusión, hay 25 dirigentes encarcelados, trasladados a Caracas en las tenebrosas mazmorras del tristemente célebre "Helicoide"',  incomunicados, procesados penalmente. Lo emblemático se expresa con la dirigencia del Sindicato de Sidor (SUTIS) génesis de lucha y relevancia dirigencial, fundado por el prestigioso líder, Alfredo Maneiro, allá por el inicio de la década de los años 70 del siglo pasado, conocido inicialmente como los "matanceros", por su ubicación en la población de Matanzas en el estado Bolívar. Con el tiempo lograron consolidarse y constituirse en fuerza determinante en la industria siderúrgica, referente igual que la petrólera como puntos de partidas en la discusión de contratos colectivos públicos y privados en otros sectores del país, con remuneraciones dignas, incontables beneficios sociales colaterales, acciones en la empresa y estabilidad laboral, hoy evaporados ante la debacle del país con el agravante de la represión brutal contra la dirigencia con el nefasto balance ante enunciado, no es un hecho aislado porque es una escalada previamente planificada originada contra todos los sindicatos del paìs, no enmarcados en la línea oficialista (por cierto, estos últimos constituyen una minúscula minoría).

    Ello debe ser detenido por la fuerza laboral unida en todo el país para recuperar los espacios conquistados como uno de los protagonistas sociales que les corresponde.

Profesor Universitario Jubilado, Ex Parlamentario