Niños migrantes venezolanos se manifestaron este martes al borde del río Bravo (río Grande en EE.UU.) que divide a México con Estados Unidos, inconformes por la separación que han sufrido de sus padres ante la nueva política migratoria del Gobierno estadounidense de deportarlos a territorio mexicano.
“Con los sueños de un niño no se juega, quiero encontrarme con mis hermanos”, “Pase la selva y no me dejan ver a mi papá” y “Quiero ver a mi papá y no me dejan entrar”, fueron los mensajes que apuntaron en cartulinas en las que manifestaron su inconformidad.
Uno de los casos de Belitza Gutiérrez, de 10 años, quien comentó a EFE entre lágrimas que extraña a su padre y quiere volver a abrazarlo, al igual que a su hermano.
“Pido al presidente Biden que nos deje cruzar, queremos un mejor futuro sin tantas cosas malas como Venezuela”, expuso con claridad Contó que cuando cruzaron la frontera pasaron cuatro días encerrados “no veíamos el sol, había mucha gente enferma y sin decirnos nada nos devolvieron”.
Otro caso es el Franyesi Arroyo, de siete años, quien mencionó a EFE que en estos últimos días ha tenido mucho frío, hambre, no tiene frazadas para dormir, y por eso está muy triste.
“Lo único que quiero de Estados Unidos, es que me dejen ver a mi papa”, dijo la menor, quien entre llantos gritaba: “¡Quiero ver a mi papa, lo quiero abrazar y besar, es muy triste estar separada de él”.
Trato complicado
En tanto, el migrante adulto Angel Alexi, también de Venezuela, consideró que es complicado el trato que le da el Gobierno de México, ya que solo les ofrece 15 días para salir del país y no cuentan con recursos para cubrir sus necesidades básicas, incluso muchos indocumentados se encuentran en situación de calle.
“Nosotros estamos procesados desde el domingo, nos llevaron a un refugio en Estados Unidos, a una cárcel, y estuve cuatro días ahí. Nos deportaron a México y ahora nos dan 15 días para dejar el territorio mexicano ¿Cómo va a ser eso? dejamos todo, nuestras casas, todo para venir acá”, dijo desesperado.
Además, señaló que ante esta crisis migratoria en la frontera mexicana “hay un caos porque las autoridades no saben qué hacer con tanto migrante, hay desesperación, las bajas temperaturas son difíciles para adultos y más para los niños”.
Recordó que hay separaciones de familias “a muchos compañeros le regresan a otra parte, su familia por otra frontera, por Tijuana o Piedras Negras, esto hace que nos separemos de nuestros hijos”.
Con información de EFE y El Venezolano