Los anfitriones Leones del Caracas, de Venezuela, destrozaron el pitcheo de los Agricultores, de Cuba, y ganaron 20×3 con una tormenta ofensiva de 25 hits, en una noche récord.
El Caracas rompió la marca de inatrapables para un equipo en un juego del clásico del béisbol caribeño, dejando atrás los 23 que habían disparado el 8 de febrero de 1977 los Tigres del Licey (República Dominicana), según la firma estadística Quality Sports. Igualó también el registro de más carreras anotadas en un compromiso, establecido por los Naranjeros de Hermosillo (México) en 1990.
José Rondón fue el bateador más explosivo de la noche, al irse de 5-4, con doble, jonrón, seis remolcadas y tres anotadas.
Danry Vásquez ligó también de 5-4, con un cuadrangular, tres fletes y tres anotadas.
El derecho Guillermo Moscoso, con el cómodo colchón que le dieron sus compañeros, maniobró con tranquilidad a lo largo de seis entradas, en las que encajó seis hits y dos carreras. Brilló con ocho ponches.
Agricultores se adelantó 1×0 en la alta de la primera entrada, pero Leones empezó el aplastamiento en la baja, con siete anotaciones.
Todos los bateadores del lineup local desfilaron ante la impotencia de los serpentineros Yoel Mogena, Alexander Valiente y Yunier Castillo en ese episodio.
Si Castillo pensaba que la pesadilla había terminado, Vásquez lo recibió en el segundo acto con un inmenso vuelacercas, validado por videoarbitraje en un ataque de dos rayitas.
Cuba ripostó en el tercero, pero tres anotaciones más en el cuarto, dos más en el quinto y una en el sexto extendieron la fiesta de Venezuela.
Inmediatamente después de que Agricultores descontara en el octavo, Leones cerró su soñada jornada ofensiva con otro racimo de cinco rayitas, en el que destacó el bambinazo de Rondón con dos compañeros en base.
Más temprano, Curazao venció 1×0 a Panamá, Puerto Rico 6×4 a República Dominicana y Colombia 7×6 a México.