El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, llegó el lunes a la capital brasileña en momentos en que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, impulsa una propuesta de paz para Ucrania que ha irritado tanto a Kiev como a Occidente.
El encuentro entre Lavrov y su homólogo brasileño Mauro Vieira fue programado en marzo, cuando se reunieron al margen de la cumbre del Grupo de los 20 en Nueva Dehli. Se reunieron el lunes en la mañana y, según el website del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, ambos se reunirán con Lula en la tarde.
Lula se ha negado a enviarle armas a Ucrania y ha propuesto crear un club de naciones que incluirían a Brasil y China y que se dedicarían a tratar de resolver la crisis en Ucrania. El domingo, dijo a reporteros en Abu Dabi que dos naciones —tanto Rusia como Ucrania— habían decidido ir a la guerra, y el día anterior en Beijing dijo que Estados Unidos debería dejar de “estimular” los combates y más bien dedicarse a buscar la paz. Días atrás, sugirió que Ucrania podría ceder Crimea para poner fin al conflicto, lo que fue rechazado por el vocero del ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Oleg Nikolenko.
“¿Estaría usted dispuesto a ceder un pedazo de Brasil del tamaño de Crimea… solo para obtener tranquilidad? Allí hablaremos”, escribió el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt en Twitter.
Como parte de sus esfuerzos para poner fin a las hostilidades, Lula también se ha abstenido de enviar municiones a Ucrania, pese a los pedidos del canciller alemán, Olaf Scholz. Lula dice que enviar municiones equivaldría a que Brasil ingrese en la guerra, a la que desea poner fin.
Su posición al parecer ha sido apreciada por Moscú. Uno de unos 50 documentos clasificados que fueron filtrados por la plataforma Discord y revisados por The Associated Press dice que, para fines de febrero, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia apoyaba el plan de Lula de crear un club de naciones supuestamente neutrales ya que ello “rechazaría el paradigma ‘agresor-víctima’ que tiene Occidente”. El documento cita como fuente al espionaje electrónico.
Hace unos días Celso Amorim, asesor especial de la presidencia brasileña y excanciller, realizó un viaje discreto a Moscú, donde se reunió con el presidente Vladímir Putin. Vieira dijo a reporteros recientemente que Amorim “fue a escuchar y a decir que ha llegado la hora de dialogar”.
Los críticos argumentan que la posición de Brasil en cuanto a la guerra de Ucrania busca evitar un suplidor clave de fertilizantes para sus cultivos de soya, exportaciones que en gran medida van destinadas a China. Tanto Rusia como China tienen escaños permanentes en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y Brasil desde hace décadas ha buscado unirse.
Tras su visita a Brasil, Lavrov viajará a Venezuela, Cuba y Nicaragua.