Luiz Inácio Lula da Silva se tropezó con sus propias palabras en la Cumbre de Brasilia. El presidente brasilero, que intenta consolidar la idea de unir a Latinoamérica, causó el principal motivo de discusión al asegurar que Venezuela, su democracia y el sistema de Gobierno hoy vigente, es una “narrativa”.

Una década de crisis política en Venezuela ha sido suficiente para que los discursos políticos que hablan sobre el Palacio de Miraflores diverjan entre sí. Desde Caracas se alude a que el fracaso económico y la debacle institucional que se vive es debido al “cerco ideológico” y las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea.

Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente brasileño que intentó esta semana cumplir el sueño de consolidar una Latinoamérica unida, volvió a poner sobre la mesa la importancia de llamar las cosas, y en este caso, los fenómenos, por su nombre.

Horas antes de que los 12 presidentes latinoamericanos se reunirán para discutir temas importantes del continente, Lula da Silva aseguró a la prensa que la situación de Venezuela no era más que una “narrativa” construida frente al país petrolero. Su declaración, aunque corta, inició una serie de críticas tanto por jefes de Estado suramericanos, como Gabriel Boric o Luis Lacalle Pou, como por funcionarios estadounidenses.

Este jueves, Washington hizo escuchar sus críticas a Lula por haber desconocido que en Venezuela, más allá de una “narrativa”, coexiste una crisis humanitaria que, de acuerdo con la ACNUR, ha ocasionado más de 7 millones de migrantes. Además, es un ecosistema en que la política ha terminado por golpear otros sectores como el del empleo, la salud, la educación y la misma economía, que en el último año tuvo una inflación de más del 400 %, como reportó el Observatorio Venezolano de Finanzas.

“Podemos tener un debate sobre las políticas de sanciones, sobre cómo promover el diálogo, pero tenemos que identificar las cosas como son”, señaló el principal asesor de la Casa Blanca para Latinoamérica, Juan González, al ser preguntado por la prensa sobre los comentarios de Lula.

En ese sentido, González celebró la “valentía” de los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y de Chile, Gabriel Boric, por refutar la perspectiva del líder brasileño.

Esos dos mandatarios, consideró González, han recordado “a todo el hemisferio que hay ciertos principios por los cuales muchos en la región han muerto por defender”.

“Y no podemos ver esos temas como relativos (…), son absolutos”, apuntó el asesor de la Casa Blanca.

Tras una reunión entre Lula y el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en el marco de una cumbre regional celebrada en Brasil, el responsable brasileño atribuyó este lunes las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos y a la democracia en Venezuela a una construcción “narrativa”.

Dirigiéndose a su “compañero” Maduro, dijo: “Usted sabe la narrativa que se construyó contra Venezuela, de la antidemocracia, del autoritarismo”, dijo el mandatario brasileño.

El presidente chileno se pronunció al día siguiente del encuentro para expresar su desacuerdo con las palabras de Lula, asegurando que la situación de los derechos humanos en Venezuela es una “realidad seria”.

Lo mismo hizo el mandatario derechista uruguayo, que señaló que no se puede “tapar el sol con un dedo”.

Maduro visitó Brasil para participar en una cumbre suramericana convocada por Lula, quien lo recibió en el Palacio presidencial de Planalto donde ambos celebraron la retomada de la relación bilateral, suspendida desde 2019 por decisión del Gobierno que presidía el ultraderechista Jair Bolsonaro.

En una rueda de prensa, Maduro afirmó que su país ha sido objeto en los últimos años de un cerco “ideológico” montado por la ultraderecha global, pero aseguró que “ha resistido” y está listo para “trabajar” con Brasil “en la construcción de un nuevo mapa de cooperación” regional.

Cerca de 9.000 personas y algunas entidades jurídicas han presentado alegaciones y otra documentación ante la Corte Penal Internacional (CPI) como “víctimas” de delitos de lesa humanidad en Venezuela.

En noviembre de 2022, el fiscal de la CPI, Karim Khan, pidió a la sala de cuestiones preliminares del organismo, que se retomara la investigación sobre crímenes contra los derechos humanos en Venezuela, después de que haya pedido que se aplazara la pesquisa.

AFP