Ahora es Harris la que cuenta con 109 millones a su favor, aunque, la fotografía de las campañas oficiales es solo parte de un paisaje más amplio
El entusiasmo que ha acompañado a Kamala Harris desde que sustituyó a Joe Biden como candidata del Partido Demócrata a la presidencia ha contagiado a los donantes. La campaña de la demócrata captó en agosto 361 millones de dólares (unos 325 millones de euros), pulverizando todos los récords de la historia de las elecciones presidenciales estadounidenses, según cifras de su organización. Eso casi triplica los 130 millones que consiguió Donald Trump ese mes y enjuga la ventaja que el que tenía en dinero en efectivo disponible.
Harris ya batió un primer récord con 81 millones de dólares logrados en las primeras 24 horas desde que la actual vicepresidenta fuera señalada como candidata.
Agosto ha sido el primer mes completo con Harris al frente de la candidatura.
Ese mes se celebró en Chicago la convención demócrata, un momento de gran visibilidad que la campaña aprovechó para intensificar sus esfuerzos recaudatorios.
Desde que tomó el relevo de Joe Biden, la cifra captada asciende a 615 millones de dólares.
La candidata se benefició de que muchos grandes donantes demócratas habían cortado o retenido el flujo de dinero hacia Joe Biden, en parte como forma de presionarle y en parte porque consideraban que era dinero inútil, pues no creían que el presidente tuviera posibilidades de salir reelegido frente a Trump tras el desastroso debate del 27 de junio en Atlanta. Con el relevo, el grifo del dinero volvió a abrirse, esta vez a chorros.