Tres de los 14 candidatos inscritos para participar en la primaria están inhabilitados por la Contraloría General de la República. Otros podrían ser sacados del camino político, con este mismo recurso, en las próximas semanas. Hace un año el politólogo John Magdaleno -que prefiere hablar de sustitución y no de sucesión- propuso una terna, planteamiento que no fue acogido. Hoy, sugiere una encuesta de alcance nacional para iluminar el camino. El analista político Aníbal Sánchez no descarta el consenso, como ocurrió en el famoso “caso Barinas”, para resolver este escollo

Por Vanessa Davies

El “dedazo”. Encuestas. Los “amiguis”. La voluntad de los más votados. Todos los caminos parecen conducir a las inhabilitaciones “en fila”; y si eso es así, un nuevo motivo tensará la cuerda entre las precandidatas y los precandidatos a la primaria de la Plataforma Unitaria: ¿quién debe tomar el testigo, y por qué?
“Aquí no cabe hablar de sucesiones. ¿Para qué son las elecciones? Para que la gente decida”, expresó recientemente la precandidata María Corina Machado, la primera en la preferencia popular (como lo registra la encuestadora Delphos). “La primaria es para que la gente elija, no para que alguien elija con su dedo” y por eso es importante establecer “el orden de sucesión”, consideró Delsa Solórzano, abanderada de Encuentro Ciudadano.

Hay 14 dirigentes inscritos para la primaria. Hasta la fecha, tres de ellos han sido inhabilitados: Machado, Freddy Superlano y Henrique Capriles. Este número podría crecer con el correr de las semanas. Se ha hablado de un “orden de sucesión” para hacer frente a ese escenario. Pero esta expresión es, según el politólogo y profesor universitario John Magdaleno, más que desafortunada. “Las sucesiones se producen en regímenes autoritarios o sultanáticos, no democráticos”, señaló el director de la consultora Polity a Polítika UCAB. Por eso, prefiere caracterizarlo como un mecanismo para la sustitución.
A su juicio era evidente que, en estas circunstancias económicas y con una pérdida del caudal electoral, “el gobierno iba a echar mano del recurso de las inhabilitaciones” para minimizar a sus adversarios. Incluso, el politólogo prevé que habrá más inhabilitaciones ahora que las impuestas en periodos anteriores. ¿Cuántas? “Nunca es ilimitado”, aclaró, “pero en Nicaragua hubo más de 10”. Las autocracias, advierte, ya descubrieron este recurso, y echan mano de él para mantenerse en el poder.

Las inhabilitaciones tienen pasado, presente y futuro. Ya se conocen algunas, pero pueden llover otras. “Existe la posibilidad de que el ganador de las internas sea uno de los políticos inhabilitados para ejercer cargos públicos por dictamen de la Contraloría; o incluso, que ese político sea sancionado posterior a la consulta”, recuerda el parlamentario y analista político Aníbal Sánchez. Aun cuando las inhabilitaciones estaban casi “cantadas”, el reglamento de primaria no las contempla, refiere, lo que “una vez más muestra su debilidad y falta de predicción”. Sin embargo, ya algunos líderes han decidido fijar posturas, “como lo hizo Carlos Prosperi al decir que, de ser inhabilitado, renunciaría”.

El mensaje de no permitir que sea Maduro quien escoja a su adversario “ha sido utilizado políticamente para restarle fuerza al hecho de que algunos aspirantes están inhabilitados de manera administrativa desde la Contraloría” y desconocer que este recurso se ha empleado ya contra 1.141 personas, explica Sánchez a Polítika UCAB. En el orden práctico no es solamente la declaración del contralor o sus voceros sobre la imposibilidad de participar; es que el Consejo Nacional Electoral “maneja un código para esos ciudadanos, que no pierden el derecho al voto, pero no podrían ejercer cargos públicos”.

Una encuesta válida para todos
Como ya veía venir este escenario, en el año 2022 Magdaleno lanzó los dados con una propuesta. “Yo planteé el año pasado, porque esto era previsible, que en la primaria se eligiera una terna de candidatos en orden de prelación”, puntualiza.

“En previsión de que el régimen autoritario echara mano de ese recurso, el diseño estratégico de la oposición tendría que elevarles el costo a las inhabilitaciones, y una forma de hacerlo era elegir a los candidatos en orden de prelación: un candidato en el primer lugar, otro candidato en el segundo lugar, otro candidato en el tercero”.

Esta ruta no tuvo buena acogida.
En la actualidad, al no haber varios votos en orden de prelación sino un único sufragio en la elección primaria, la oposición debe prepararse para la sustitución por otras vías. “Ese mecanismo debe apoyarse, como no se puede celebrar otra primaria, en encuestas de opinión pública de cobertura nacional”, sugiere Magdaleno. Lo sostiene con base en una experiencia de la que fue protagonista.
Al politólogo le correspondió asesorar la precampaña del dirigente de izquierda Teodoro Petkoff en el año 2006, para medirse en los comicios presidenciales contra el presidente Hugo Chávez. Los dirigentes Julio Borges y Manuel Rosales también esperaban ser los líderes de la oposición. “Los tres comandos de campaña acordaron, después de muchos meses de conversación, contratar una encuesta de opinión pública para facilitar las conversaciones”, rememora. Ese estudio se le encargó a la encuestadora Datos. “Tres técnicos discutimos los términos: muestreo, cuestionario, detalles, supervisión”. El resto es historia: Manuel Rosales fue el contendor de Chávez, y Chávez ganó las elecciones.

En esta coyuntura debería pensarse en “una encuesta especialmente hecha para eso, de cobertura nacional”, con no menos de 2 mil entrevistados y presencia en centros poblados de más de 20 mil habitantes, describe. De esa encuesta saldrían los nombres requeridos para plantar cara a lo que pueda venir. Lo que debería descartarse de plano es que la decisión quede al arbitrio de la subjetividad. “Lo que se haga debe apoyarse en datos que demuestren que es una persona competitiva frente al oficialismo, que concite el respaldo” y que reúna ciertos requisitos.

Menú de opciones
Hay otras opciones, claro. Estas son las que enumera Sánchez: “1) el orden de acuerdo a la votación absoluta; 2) el voto ranqueado en orden de preferencias; 3) el dedo del ganador, ya que él escoge a su sucesor; 4) el peso electoral, ya que las organizaciones postulantes pudieran obtener un ‘valor’ y se asocian hasta alcanzar una mayoría porcentual; 5) consensuar un sucesor, como ocurrió en el estado Barinas en 2021”. De consenso sabe Superlano, quien ganó las elecciones regionales en Barinas en 2021, fue inhabilitado después del triunfo y vio cómo la prohibición se extendía hasta su esposa. No amenazó ni anunció cosas que no podría cumplir, sino que abogó por los acuerdos y logró el triunfo del dirigente opositor Sergio Garrido en enero de 2022.

Como lo apunta el analista, el pedir que se establezca una línea clara de sustitución debe ir acompañado de la denuncia “de la violación de derechos políticos y humanos”. También, de la convicción de que es necesario “articular o consolidar una fuerza sin perder el objetivo de desplazar al gobierno de Maduro por vía de los votos”.