Con el reloj en contra para avanzar en la investigación del asesinato del fiscal Marcelo Pecci, y bajo la premisa del director de la Policía nacional de Colombia, general Jorge Vargas, que las primeras 72 horas son cruciales para esclarecer cualquier homicidio, las autoridades de Colombia, Estados Unidos y Paraguay pusieron el foco sobre tres nombres hasta ahora ocultos: Kassed Mohamad Hijazi, Nader Mohamad Farhat y Mahmoud Alí Barakat.

Las sospechas recaen sobre estos tres personajes —el primero de origen brasilero con ascendencia libanés, y los dos últimos identificados con nacionalidad del Líbano — porque fueron capturados debido a las investigaciones de Pecci que los vinculaba con el negocio de las drogas en el mundo.

Los capturados fueron extraditados a EE. UU., pues eran solicitados por las cortes de Florida y Nueva York que les imputaron cargos por narcotráfico y lavado de activos. Nader Mohamad Farhat y Mahmoud Alí Barakat fueron señalados, además, de pertenecer al grupo terrorista Hezbollah, y tras la investigación que adelantó Pecci por dos años, las autoridades paraguayas establecieron que eran contactos para negociar drogas de carteles con tentáculos en Bolivia, Brasil, Paraguay y Argentina.

El comandante de la Policía de Paraguay, Gilberto Fleitas, aseveró en una rueda de prensa que no se pueden descartar estos dos nombres y señaló que “se presume que de las causas que llevaba adelante, algún extranjero con condena importante en el país podría ser la causa del crimen, pero eso con el tiempo únicamente vamos a dilucidar”.

El general Vargas, director de la Policía de Colombia, apoyó la hipótesis de su homólogo paraguayo y aseveró que el asesinato del fiscal Pecci en la isla de Barú, en Cartagena, puede ser “por las grandes operaciones que llevó a cabo”.

Las pesquisas en Colombia

Pero así como en Paraguay pusieron el foco sobre los ciudadanos extranjeros, en Colombia las investigaciones se dirigen, inicialmente, sobre los autores materiales del homicidio del fiscal Pecci.

Las primeras pesquisas de los sabuesos de la Fiscalía y de la Dijin apuntan a las características físicas de uno de los homicidas: “Tenemos datos del presunto autor, de 1,74 altura, de tez trigueña, con el acento caribeño que podría ser caribe colombiano u otro país”, informó Vargas.

En estas primeras jornadas los investigadores centraron sus esfuerzos en entrevistar a personas que presenciaron el homicidio y otras que estuvieron relacionadas indirectamente, como los que atendieron a los sicarios en la empresa donde alquilaron las motos acuáticas para cumplir con la orden del asesinato.

A través de un video se trata de identificar a dos sujetos que llegaron al local turístico y pagaron 200.000 por alquilar 30 minutos la moto acuática. Uno de ellos traía puesto un buzo negro de buceo y una pantaloneta negra, una sombrero y gafas; el otro sospechoso vestía una camiseta blanca, un chaleco salvavidas, una gorra y gafas de sol.

Al tiempo, y según se conoció, en el hotel en el que se hospedaban el fiscal Marcelo Pecci y su esposa, Claudia Aguilera, fueron retenidas dos ciudadanas jóvenes de nacionalidad paraguaya por investigadores de la Fiscalía colombiana para establecer qué hacían en el mismo hotel donde se hospedaba la pareja celebrando su luna de miel.

“Ellas salieron del mismo hotel donde se quedaban Pecci y Aguilera una hora después de ocurridos los hechos. Iban rumbo al aeropuerto para viajar a Paraguay, pero los fiscales, en función de la investigación, las retuvieron para hacerles algunas preguntas, algo lógico en el proceso”, relató un fiscal paraguayo a este diario.

Entre las otras acciones para dar con los homicidas, el general Vargas especificó que se hizo un plan candado en las carreteras del departamento y se envió información a Migración Colombia para que cierre fronteras al tratarse de un asesinato relacionado con operaciones contra los carteles trasnacionales de drogas.

Redacción Web.