ATENAS, Grecia (AP) — Los griegos votaban el domingo en las primeras elecciones desde que la economía de su país dejó de estar sujeta a la estricta supervisión y control de prestamistas internacionales que costearon el rescate del país durante casi una década de crisis financiera.
Los principales rivales eran el primer ministro, el conservador Kyriakos Mitsotakis, de 55 años, un exejecutivo bancario educado en Harvard, y el líder del partido izquierdista Syriza, Alexis Tsipras, de 48 años, que fue primer ministro durante varios de los peores años de la crisis financiera.
El creciente coste de la vida era la prioridad de muchos votantes.
“Cada año, en lugar de mejorar, las cosas van a peor”, dijo el residente de Atenas Dimitris Hondrogiannis, de 54 años. “Las cosas son caras. Cada día, las cosas se salen de control. Ya da miedo ir al supermercado para comprar. Veremos cómo van las cosas”.
Hondrogiannis dijo confiar en que hubiera un gobierno estable que ayudara a reducir los precios de los alimentos y productos en general. “La gente no llega a fin de mes”, dijo.
Aunque Mitsotakis se ha mantenido arriba en los sondeos, un nuevo sistema electoral de representación proporcional hacía improbable que el candidato más votado tuviera suficientes escaños en la cámara griega de 300 parlamentarios como para formar un gobierno en solitario.
El ganador tendrá tres días para negociar una coalición con otros partidos. Si no lo consigue, el mandato de formar gobierno pasará al segundo partido y se repite el proceso. Pero se esperaba que las grandes divisiones entre los dos grandes partidos y cuatro más pequeños complicaran esa negociación y era probable que hubiera nuevas elecciones, probablemente el 2 de julio.
Según la nueva ley electoral, tras esa segunda votación se facilitaría la formación de un gobierno porque el partido más votado obtendría hasta 50 escaños adicionales, una bonificación que se calcula en función del porcentaje de sufragios conseguido.
Aunque había 32 partidos inscritos, los sondeos de opinión indicaban que sólo seis tenían posibilidades reales de superar el umbral del 3% de votos para llegar al parlamento.
Era probable que el antes dominante partido socialista Pasok fuera crucial en cualquier negociación. El partido, que se vio superado por Syriza durante la crisis financiera griega entre 2009 y 2018, obtendría en torno a un 10% de apoyo, según los sondeos. Su líder, Nikos Androulakis, de 44 años, estaba el centro de un escándalo de escuchas en el que su teléfono fue espiado.
El Pasok sería crucial en cualquier coalición, pero la mala relación personal de su líder con Mitsotakis, al que acusa de encubrir el escándalo de escuchas, hace improbable un acuerdo con los conservadores. Androulakis tampoco tiene buena relación con Tsipras, al que acusa de robar votantes del Pasok.
La Corte Suprema vetó de las elecciones al Partido Griegos, una formación de ultraderecha fundada por un exlegislador encarcelado con un historial de actividad neonazi. Su antiguo partido, Amanecer Dorado, que se convirtió en la tercera fuera política griega durante la crisis financiera, fue declarado organización criminal en los tribunales.
En los meses previos a las elecciones, Mitsotakis había disfrutado de una ventaja de dos dígitos en los sondeos de opinión, pero vio reducirse el margen tras una catástrofe ferroviaria el 28 de febrero que dejó 57 muertos, después de que un tren de pasajeros interurbano acabara por accidente en la misma vía que un tren de mercancías. Más tarde se supo que las estaciones estaban cortas de personal y la infraestructura de seguridad estaba rota y anticuada.
El gobierno también sufrió por un escándalo de espionaje en el que periodistas y políticos destacados, como Androulakis, descubrieron software espía en sus celulares. Las revelaciones agravaron la desconfianza entre partidos políticos griegos en un momento en el que el consenso podría hacerse muy necesario.
AP