Este viernes, Puerto Príncipe vivió su cuarto día consecutivo de protestas tras la decisión del Gobierno de aumentar el precio de los combustibles. Los actos de violencia se transformaron en asaltos en distintas partes de Haití. Los saqueos incluso llegaron a un almacén del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU.

Los haitianos exigen la salida del poder del primer ministro Ariel Henry como garantía para dejar las calles. Las protestas en varias ciudades del país han dejado un panorama de robos, vandalismo y edificios públicos en llamas.

El enojo de los manifestantes se incrementó después de que, a principios de esta semana, el primer ministro anunciara una nueva subida de los precios de los carburantes. Aunque la medida aún no ha entrado en vigor, ha enfurecido a la población que sabe que con el alza de precios de los combustibles, se encarece el costo del transporte y, por ende, de los productos de primera necesidad.

Haití es un país donde casi el 50% de su población necesita ayuda humanitaria. En la capital, Puerto Príncipe, las acciones de las bandas criminales ya han causado la muerte de al menos 300 personas y la huida de la zona capitalina de unas 3.000 más.

El asalto al almacén de las Naciones Unidas ocurrió el viernes 16 de septiembre en Gonaïves, la tercera ciudad más grande de Haití. Allí se albergaban 1.400 toneladas de alimentos destinados a programas de alimentación escolar y a las familias más vulnerables.

Ante la noticia, el PMA se pronunció en un comunicado y condenó el ataque a su oficina y el saqueo a la bodega de alimentos.

«Este incidente es simplemente inaceptable. La comida saqueada estaba destinada a alimentar a casi 100.000 escolares hasta fin de año», afirmó Jean-Martin Bauer, director del PMA en Haití.