Al final de la santa misa del Domingo de Ramos, antes de rezar la oración mariana del Ángelus, el Sucesor de Pedro dirigió un pensamiento especial hacia la atormentada Ucrania, saludó a los participantes de la caravana por la paz e invitó a aumentar las plegarias durante la Semana Mayor.
Con un saludo a los romanos y peregrinos, en especial a los que han venido de lejos, el Papa Francisco agradeció la participación en la santa misa del Domingo de Ramos, este domingo 2 de abril, en la Plaza de San Pedro. Así comenzó su alocución antes de orar el Ángelus. El Pontífice agradeció, a su vez, las oraciones, que se han intensificado en los últimos días, a raíz de su internación en el Hospital A. Gemelli, del miércoles 29 de marzo al sábado 1º de abril.
El Pontífice dirigió una bendición especial a la Caravana de la paz que en estos días ha partido desde Italia hacia Ucrania, promovida por diversas Asociaciones: Papa Juan XXIII, FOCSIV, Pro Civitate Christiana, Pax Christi y otras. Junto con artículos de primera necesidad, recordó que “llevan la cercanía del pueblo italiano al atormentado pueblo ucraniano, y hoy ofrecen ramos de olivo, símbolo de la paz de Cristo”. “Nos unimos -dijo- a este gesto con la oración, que será más intensa en los días de Semana Santa”.
El Sucesor de Pedro invitó a vivir esta Semana Santa “como nos enseña la tradición del Santo Pueblo Fiel de Dios, es decir, acompañando al Señor Jesús con fe y amor”. Llamó a los fieles a aprender “de nuestra Madre, la Virgen María: ella siguió a su Hijo con la cercanía de su corazón, fue una sola alma con Él y, aun sin comprender, junto a Él se entregó plenamente a la voluntad de Dios Padre”. “Que la Virgen -fue su súplica- nos ayude a permanecer cerca de Jesús presente en las personas que sufren, descartadas, abandonadas”.
Por último, deseó a todos un buen camino hacia la Pascua e impartió la bendición apostólica.
Terminada la alocución, el Obispo de Roma recorrió la Plaza de San Pedro y la Via della Conciliazione en el papamóvil, saludando y bendiciendo a la multitud de personas que se encontró a su paso.