El cardenal Gerhard Müller, figura prominente del ala tradicionalista de la Iglesia, ha generado controversia al evaluar el legado del papa Francisco.
Con la muerte del papa Francisco, se abre una nueva etapa en la Iglesia católica. Así lo plantea el cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, figura central del ala conservadora del Vaticano, quien considera que ha terminado una era marcada por tensiones internas y reformas que, para muchos tradicionalistas, resultaron divisivas.
“Se ha acabado un capítulo en la historia de la Iglesia”, afirmó en una entrevista con La Repubblica. Aunque reconoce que “el último juicio corresponde a Dios”, admite que sobre el pontificado de Francisco “hay opiniones distintas”.
Müller: un cardenal crítico y con peso en el próximo cónclave
Müller, de 77 años y aún con derecho a voto en el cónclave, será uno de los cardenales encargados de elegir al sucesor del papa Francisco.
Su influencia es clave entre los sectores que defienden una vuelta a la ortodoxia doctrinal.
Con pasado como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, su voz sigue teniendo peso en los debates más profundos de la Iglesia.
En declaraciones a The Times, Müller fue incluso más directo, llegando a sugerir que Francisco podría haber incurrido en desviaciones doctrinales.