Tras una semana de la apertura total de la frontera con Venezuela y la inauguración del puente internacional Atanasio Girardot, han ingresado más de 36.000 vehículos, con un promedio de 5.000 cada día.
Durante los primeros días del año se ha permitido la libre circulación, sin embargo, a partir del martes 10 de enero, los conductores deberán presentar sus documentos (tarjeta de propiedad, SOAT, revisión técnico mecánica y licencia de conducción) para evitar ser sancionados.
Mayid Gene, secretario de tránsito de Cúcuta, explicó que en el caso del puente Francisco de Paula Santander, los controles no se realizarán sobre el paso fronterizo, sino unos metros más adelante, con el objetivo de no causar congestión en la movilidad.
“Los controles se harán en la glorieta del barrio El Escobal. Les recordamos a quienes llegan de Venezuela cuál es el pico y placa que rige en Cúcuta, que aquí castigamos el alcohol al volante, y que el paso fronterizo se cierra a las 8 de la noche”, explicó el funcionario.
Hasta la fecha dos de los cuatro puentes fronterizos en Norte de Santander, registran alguna restricción en el tránsito de vehículos. En el puente Simón Bolívar solo hay paso peatonal y, el puente La Unión, ubicado en Puerto Santander, no está capacitado para el tránsito de carga pesada.
“Esperamos que los propietarios de vehículos hayan podido hacer las consultas y comprar los seguros. Los códigos de tránsito de Colombia y Venezuela son similares, y debemos respetarlos”, agregó.
Por su parte, el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, enfatizó en la necesidad de blindar el acceso al puente Atanasio Girardot con un muro perimetral. Esta medida evitaría que vendedores ambulantes hagan uso indebido del espacio público.
“La apertura de la frontera no solo beneficia al comercio, también fortalece la integración humana y social. Lo que sigue es acompañar la construcción de procesos que habrá que homologar en cada país a través de las cancillerías”, dijo Yáñez.
A pesar de los esfuerzos de ambos gobiernos, los conductores en Cúcuta y el estado Táchira (Venezuela), aún tienen dudas respecto a los lineamientos para cruzar hacia el otro país.
En Cúcuta temen que cientos de vehículos venezolanos en mal estado invadan las calles de la ciudad; y en los municipios de Ureña y San Antonio proponen la creación de una póliza binacional como único documento para certificar que un vehículo está asegurado. La propuesta será estudiada por el Ministerio de Transporte de Colombia.
La compra del SOAT es lo que más preocupa a los conductores venezolanos, debido a que existe una amplia diferencia en el precio del documento similar que rige en Venezuela.
“Estamos exigiendo que haya igualdad de condiciones, a nosotros en Venezuela nos sale más costoso cumplir con todos los papeles que piden aquí en Colombia. Por eso pedimos unificar criterios”, advirtió el taxista Gregorio Ruíz.
El ministro del Transporte, Guillermo Reyes, recordó que existe un acuerdo entre los gremios de ambos países respecto al tránsito de taxis. El pacto contempla que cada taxista deberá ingresar al país, dejar al usuario y regresar al país de origen vacío.
Sin embargo, desde Cúcuta y Villa del Rosario algunos taxistas han denunciado que este acuerdo se estaría incumpliendo. Además, las autoridades investigan presuntas amenazas que estarían recibiendo taxistas colombianos en el estado Táchira.
Las denuncias también incluyen presuntas exigencias de dinero por parte de las autoridades venezolanas a los conductores. El gobernador del Táchira, Freddy Bernal, afirmó que la orden es intensificar la seguridad en la frontera, y sancionar a los uniformados corruptos que intenten extorsionar a los viajeros.
El pasado viernes la Guardia Nacional Bolivariana capturó a tres hombres que intentaban llevar droga desde Colombia. El alucinógeno iba a ser distribuido bajo la modalidad de microtráfico.
Por ahora, se espera que en los próximos días se actualicen los formularios para permitir el paso de buses y otros vehículos de pasajeros que están afiliados a más de 15 empresas de transporte que históricamente han transitado en la frontera.