Al menos 3.309 civiles han muerto y 3.493 resultaron heridos desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, indicó hoy el último informe actualizado de víctimas no militares del conflicto que elabora la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Entre los asesinados hay 234 niños, y otros 330 menores de edad han resultado heridos en el transcurso del conflicto, destacó la oficina dirigida por la alta comisionada Michelle Bachelet.
Más de la mitad de las víctimas confirmadas por Naciones Unidas murieron en la región del Donbás (1.754), mientras que los 1.555 restantes perecieron en zonas bajo control del Gobierno ucraniano, incluyendo regiones alrededor de las ciudades de Kiev, Járkov, Mikolaiv y Odesa, entre otras.
La mayor parte de las víctimas fallecieron por ataques de artefactos explosivos con gran área de impacto, incluyendo bombardeos con artillería pesada y sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple, indicó la oficina de la ONU.
El organismo insiste en que la cifra real de víctimas civiles puede ser mucho mayor a los por ahora confirmados, ya que no se tienen datos completos de lugares con intensos enfrentamientos, como las cercadas localidades de Mariúpol, Izium y Popasna.
Naciones Unidas recuerda que el ataque deliberado a civiles o infraestructuras no militares (hospitales, escuelas, etc) es considerado crimen de guerra por el derecho internacional.
La ONG Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) añadió por su parte que sigue recibiendo pruebas de graves violaciones de derechos humanos en la invasión rusa que incluyen ejecuciones extrajudiciales, arrestos arbitrarios, desplazamiento forzado de poblaciones a Rusia y Bielorrusia, así como tortura y maltrato de detenidos.
Entre las principales víctimas de estos abusos se encuentran activistas sociales, voluntarios de organizaciones humanitarias, veteranos de la guerra iniciada en 2014, soldados del ejército ucraniano o «simples ciudadanos de a pie que apoyan la integridad territorial de Ucrania», denuncia OMCT.
EFE