Roberto Picón, exrector del Consejo Nacional Electoral, aseguró que la elección presidencial que se dará el 28 de julio, no se hizo en diciembre por las complejidades políticas, insistiendo en que el tema de tener un tiempo suficiente para digerir el resultado desde julio a enero y poder negociar ese nuevo periodo presidencial, es positivo para el país.
Explicó que la elección es un catalizador del cambio político necesario para que Venezuela no repita el conflicto y no reconocimiento de las partes con el que estuvo signado este último periodo.
«Necesitamos una elección que todo el mundo pueda reconocer» añadió.
Picón recordó que el país está a 6 semanas de la elección, tiempo suficiente para armar equipos que cuiden la defensa del voto donde hay tres objetivos, que el voto fluya rápidamente, que la gente vote con libertad y secreto, y que se tenga una corroboración del resultado de la mano de las actas.
Destacó que los miembros de mesa dirigen el proceso y el Plan República está subordinado a estos.
«Creo que se pudo haber hecho más por el tema del Registro Electoral» acotó.
El ex rector calificó las declaraciones del rector Delpino como «muy graves», ya que el CNE es un cuerpo colegiado donde, si bien el presidente tiene poder sobre unas decisiones administrativas, siempre es importante que se tomen decisiones consensuadas en la discusión del cronograma.
Señaló que cada rector puede plantear puntos en la agenda para que se discutan, el presidente consolida esos puntos y debe convocar semanalmente en un momento tan importante como este.
También indicó que el CNE debe informar a la colectividad las responsabilidades de los miembros de mesa.
«Han confirmado algunas organizaciones latinoamericanas de expertos electorales y la Unión de Países Africanos, hemos hecho elecciones sin observadores internacionales y con observadores nacionales muy calificados en términos humanos» dijo.
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