Todos fueron juzgados en rebeldía y son buscados internacionalmente por la desaparición de un padre y su hijo, ambos franco-sirios, en Damasco, en 2013.

La justicia francesa condenó este viernes a cadena perpetua a tres altos dignatarios del régimen sirio de Bashar al Assad, juzgados en rebeldía, por complicidad en crímenes contra la humanidad y de guerra. Los tres eran acusados por la detención, la tortura y la desaparición de un padre y un hijo con doble nacionalidad siria y francesa en noviembre de 2013.

Los condenados son Ali Mamluk, exjefe de la Oficina de Seguridad Nacional, máxima autoridad siria en materia de inteligencia; Jamil Hasan, exdirector del temido Servicio de Inteligencia de la Fuerza Aérea; y Abdel Salam Mahmud, jefe del área de investigación de esos servicios. Al conocerse el veredicto, los asistentes a la audiencia se pusieron de pie y aplaudieron.

«Es el primer proceso que juzga y condena por complicidad en crímenes contra la humanidad a tan altos cargos del régimen sirio», celebró Clémence Bectarte, una de las abogadas de las partes civiles, para quien «miles de sirios y sirias siguen esperando justicia». El tribunal ordenó mantener las órdenes internacionales de arresto contra los tres sentenciados.

Declarados muertos

Otros juicios sobre las atrocidades cometidas por el régimen sirio ya tuvieron lugar en Europa, especialmente en Alemania, pero en estos casos los acusados eran de rango inferior y estaban presentes en las audiencias. En cambio, ninguno de los juzgados en Francia, que se encontrarían en Siria, se presentó al juicio, por lo que fueron juzgados en contumacia.

Los tres fueron condenados por haber participado, en diversos grados, en la desaparición forzada y la muerte de Mazzen Dabbagh y de su hijo Patrick, dos franco-sirios que vivían en Damasco.
Ambos fueron detenidos en noviembre de 2013 por oficiales que declararon trabajar para los servicios de inteligencia de la Fuerza Aérea siria.

Según el cuñado de Mazzen Dabbagh, detenido al mismo tiempo y liberado dos días más tarde, sus dos familiares fueron trasladados al aeropuerto de Mezzeh, donde se encontraría uno de los peores centros de tortura del régimen. No se volvió a saber de ellos hasta que fueron declarados muertos en agosto de 2018. Según los certificados de defunción enviados a la familia, Patrick falleció el 21 de enero de 2014 y Mazzen, el 25 de noviembre de 2017.

DZC (AFP, EFE)