El socialdemócrata Bernardo Arévalo tomó posesión como presidente de Guatemala en la madrugada de este lunes. Después de que su toma de posesión se retrasara más de nueve horas mientras el Congreso, controlado por la oposición, debatía la admisión de los legisladores entrantes, que debían jurar antes que el presidente.
El retraso terminó después de que los nuevos legisladores prestaran finalmente juramento y eligieran una mesa directiva del Congreso para investir formalmente al presidente.
La legislatura también revocó una decisión del Congreso anterior que había designado independientes a los miembros del partido Semilla de Arévalo, una medida que les impedía formar parte de la junta directiva del Congreso y debilitaba el poder de Arévalo.
Arévalo será presidente de Guatemala los próximos cuatro años.
En su discurso de investidura, Arévalo dijo que hoy es un día “trascendental” y que su posesión es un “hito significativo gracias al ejercicio democrático”.
“Me llena de profundo honor asumir esta alta responsabilidad, evidenciando que nuestra democracia tiene la fortaleza necesaria para resistir. Y que mediante la unidad y la confianza podemos transformar el panorama político en Guatemala”, dijo el mandatario.
El mandatario dijo que lo que ocurre en Guatemala, como en otras partes del mundo, es la lucha contra el autoritarismo, y que su país está luchando con “convicción y resiliencia”.
“Esta es la lucha que estanos enfrentando en Guatemala y en otras partes de Centroamérica y en el mundo. Se están librando batallas contra nuevas y antiguas formas de autoritarismo que limitan las aspiraciones de los pueblos y traicionan su soberanía. Me orgullece, me enorgullece afirmar que el pueblo de Guatemala está ofreciendo a la comunidad mundial un ejemplo inesperado de convicción y resiliencia democrática”, dijo el mandatario en Ciudad de Guatemala, reseñó CNN.
El retraso fue tan prolongado que varios líderes mundiales que habían viajado a Guatemala para la toma de posesión no pudieron esperar más y regresaron a sus países para atender otros compromisos. Entre ellos se encontraban los presidentes de Chile y Paraguay.
Ante esta situación, los presidentes, cancilleres y funcionarios de alto nivel que asisten a la toma de posesión emitieron un pronunciamiento en conjunto en el que llaman al Congreso a cumplir la ley y proceder a la juramentación de Arévalo. El pronunciamiento, respaldado por la Unión Europea, fue leído por Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA).