El fallecimiento de Carlos Alberto Azocar, maturinés de 22 años, conmociona a la comunidad venezolana en Santiago de Chile. Su deceso, según allegados, se registró el pasado jueves 7 de septiembre, pero la información trascendió a mediados de esta semana y luego que conocidos se dedicaran a buscarlo en hospitales y morgues de la capital chilena.
Lo encontraron sin vida y la versión ofrecida tras la denuncia de «presunta desgracia» fue que el muchacho se arrojó a las vías del Metro de Santiago, sin embargo, no hubo más detalles, de acuerdo con la versión de quienes reconocieron sus restos. Sobre el caso no hubo difusión en la prensa chilena.
Azocar es una víctima más de la depresión que afecta a millares de venezolanos en el mundo. El joven migró a Chile sin tener familia en este país y lo hizo, como millones, porque ni sus más allegados ni él la estaban pasando bien en Monagas. Aquí, sin embargo, encontró empleo como latonero y en un ambiente en el que reconocían su esfuerzo y responsabilidad.
El 2 de septiembre, en una celebración vinculada con el personal de la pequeña empresa para la que laboraba, se mostró cabizbajo y sin ánimos. Su jefe y algunos amigos le dieron ánimos y le sugirieron que si tanto quería regresarse a Venezuela procurara hacerlo, pero respondió que se necesitaba mucho dinero para gestionar su retorno.
Desde el jueves 7 de septiembre dejó de ir al trabajo y no contestaba llamadas telefónicas. Eso hizo que a principios de semana sus compañeros acudieran a su lugar de residencia, donde al lograr ingresar vieron su teléfono sobre la cama. Allí pensaron lo peor e hicieron las gestiones para su búsqueda con Carabineros.
El 18 de agosto, un hombre identificado como Juan Pérez, de 35 años y quien aparentemente lidiaba con problemas de salud mental se arrojó a la vista de decenas de personas en los rieles de la estación de metro Los Héroes. El video se hizo viral, pero muchos casos pasan desapercibidos porque los medios no los reportan si no están asociados a registros virales.
Los familiares de Azócar en Maturín están destrozados y necesitan apoyo económico para repatriar su cuerpo. Quienes quieran ayudar pueden hacerlo aportando a las cuentas de María Celeste Núñez, RUT 27957689-6, Cuenta Vista Nro 4045174951 BANCO RIPLEY o al Pago Móvil del Banco de Venezuela (0102) del Banco de Venezuela a nombre de Geraldine Azocar, CI 26688502.