«El que es tu verdadero maestro no se esconderà más» Is. 30:20
Miguel Àngel Paz
Desde la primera constitución redactada el 5 de Julio de 1810 y promulgada el 1 de julio de 1811, en uno de sus enunciados correspondientes a los Derechos del Pueblo, estableció: " la necesidad de la instrucción y colocación al alcance de todos", luego ratificados en el Congreso de Angostura de 1820 que decretó " la instrucción pública como pertenencia al poder público de la República" y se reactiva luego de confirmada la tercera y última República en 1830, consolidada en 1836 bajo la presidencia de la República de José María Vargas con la promulgación de la Ley de Instrucción Pública, posteriormente en 1843 es ampliada como Ley de Educación pero finalmente se consolida bajo el mandato de Antonio Guzmàn Blanco que se nacionaliza la educación primaria " como garantía de interés nacional" con la creación del Ministerio de Instrucción Pública en junio de 1870, culmina su tercer mandato y con el se registra en mayo de 1884 un número de 92.661 alumnos de educación primaria distribuidos a lo largo y ancho del país en 1778 planteles.
Particularmente considero y así lo registra la Ciencia inapelable que es la Historia, que fue Guzmàn , denominado por sus lisonjeros como el "ilustre americano" el que marcó pauta definitiva con la obligatoriedad gratuita de la Educación en Venezuela, que fue ampliando su radio de acción a través del tiempo.
Hago esta obligante reseña histórica con motivo de la actual crisis económica y social inducida por la política de la que no puede quedar exenta la del sector educativo a saber: deterioro sistemático de la infraestructura a todos los niveles desde preescolar hasta universitaria, acompañado de precarias remuneraciónes percibidas por el personal docente que se refleja con el abandono de cargos con dolorosas deserciones emigratorias, mientras los que permanecen lo hacen con precariedades, tales como limitados gastos de manutención familiar, transporte, servicios y la ausencia de insumos para el ejercicio educativo que desemboca en la mayor gravedad de todas: deficiente calidad de la enseñanza. A ello agreguemos la práctica preestablecida desde el período pandémico del COVIP, pero que ha permanecido en el tiempo con la educación a distancia, coartando la calidad de la presencial, en esta ocasión por las causas endógenas de las carencias económicas de los educadores.
Esto està ocasionando que para mantenerse algunas comunidades educativas , por lo menos desde el nivel de preescolar, primario y secundario estén practicando el sistema de la autogestión, solo que en ocasiones es desproporcionada, porque a niveles de instrucción pública, algunos planteles, cuya matrícula es proveniente de la clase social más débil y desprotegida, se les hace imposible cumplir (apenas subsiste para alimentarse) de poder realizar erogaciones no previstas en el irrisorio presupuesto familiar, generando una alta deserción escolar en detrimento del futuro desarrollo nacional..
Lo afirmó porque es lo que percibo en el medio dónde habito en el que desproporcionantemente en muchas ocasiones los montos exigidos a nivel de primaria para los efectos de garantizar la inscripción son tarifadas en moneda dolarizada con la modalidad de colaboración que oscila entre 8$ y 15$, extensivo hasta los Centros de Educación Inicial (CEI) y a nivel secundarios cuya matrículas alcanzan un promedio entre 1500 y 2000 alumnos, tasados con un monto mínimo de 50$. En algunos planteles solicitan colaboración para la alimentación que en varios de ellos, otorga el gobierno nacional con el Programa de Alimentación Estudiantil. Por cierto ingresos que no tienen control fiscal, por supuesto ni entrega en la de rendición de cuentas. Esos indicios nos están conduciendo a una figura privada, con escenarios de corrupción.
La realidad afirma que hoy el magisterio tiene que hacer frente a una radical contradicción entre el dicho y el hecho que implica la sustracción de la calidad y rendimiento del trabajo escolar; a pesar del evidente apostolado y meritorio esfuerzo con mística de los educadores, pues no solo la teoría no coincide con la práctica, pero es evidente e inevitable en cierta medida, sino que entre ambas hay oposición total no solo en cuanto a los métodos sino como al gobierno escolar.
Es que oficialmente se pretende subordinar el proceso docente con caràcter rigurosamente impositivo, destinado en atornillar hasta el último detalle de la exigente formación.
Tan riguroso y grotesco ha llegado a convertirse en este fenómeno, sometido a un estrecho anàlisis teórico y práctico que se han suprimido materias y contenidos de formación tradicionales pero básicas y necesarias en la formación del educando, fundamentalmente de Historia Nacional y Ciencias Sociales. Todo enmascarado con la idea del método único de culto verbal de un pensamiento, idea invariable, centralizada en la pràctica en gélidas
rutas seudoactivistas patrióticas con autoritarismo y esquematismo de la enseñanza, dado en la oficialización de los programas, planes, métodos y esquemas de los actos docentes que culminan en jornadas burocràticas con evidente corte proselitista.
Para la reconquista de la calidad educativa es necesaria un nueva estructura institucionalmente equilibrada a partir de un sistema escolar que comprenda una enseñanza primaria estrictamente básica en sus contenidos que permitan una exploración espontànea de las aptitudes individuales a través del proceso metódico de enseñanza-aprendizaje y de una secundaria también general vinculada a la evolución del desarrollo mental de esas aptitudes, porque no conocemos un solo país cuya organización educativa, ergológica, social y política-administrativa, màs ventajosa que la de una restauración del espíritu creador y superior intelectual de los jóvenes que accederán a la educación superior.
Es necesario que padres, representantes y público en general sean enterados que no es posible continuar con una desordenada proliferación de recetas pedagógicas improvisadas, excluyentes e impositivas.
Profesor universitario jubilado, Ex parlamentario