Actualmente hay más de 400.000 personas procedentes de 16 países, amparadas por TPS en Estados Unidos. Se cree que hasta 323.000 venezolanos podrían obtener esa protección migratoria.

Veintiséis senadores estadounidenses instaron el martes (18.07.2023) al gobierno del presidente Joe Biden que reasigne para venezolanos y nicaragüenses el amparo migratorio conocido como  Estatus de protección temporal (TPS), que impide que sean deportados y da acceso a permisos de trabajo.

En una carta enviada al mandatario estadounidense, los senadores no pidieron una prolongación del TPS, sino una nueva designación, lo que permite a las personas que actualmente no tienen esa protección, presentar una solicitud de inscripción inicial.

«Ambos países cumplen claramente los requisitos para ser designados para el TPS en virtud de nuestras leyes de inmigración», escribieron los senadores en la carta enviada al jefe de la diplomacia de EE.UU., Antony Blinken, y al secretario del Departamento de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas.

El TPS impide deportar y da acceso a un permiso de trabajo a ciudadanos extranjeros que no pueden regresar de manera segura a su país debido a desastres naturales, conflictos armados u otras condiciones extraordinarias.

«Venezuela sigue asolada por la violencia, la inestabilidad y la represión, y los venezolanos sufren el colapso histórico del país» dirigido por el «represivo régimen de Nicolás Maduro», se lee en el texto.

Los senadores acusan a Maduro de abusos de los derechos humanos, de haber encarcelado «a unos 245 presos políticos» y de inhabilitar a opositores para que no puedan presentarse a las elecciones.

«La crisis humanitaria a la que se enfrenta el pueblo venezolano no ha hecho más que agravarse en los últimos dos años» con millones de personas que siguen sin poder acceder a la atención sanitaria básica y a una alimentación adecuada, alertan.

Los senadores, todos demócratas salvo el independiente Bernie Sanders, estiman que la situación también ha empeorado en Nicaragua, donde el presidente Daniel Ortega ha transformado el país «en un estado policial en el que el poder ejecutivo ha instituido un régimen de terror y de supresión de todas las libertades».

En 2022, el gobierno nicaragüense cerró más de 2.000 oenegés e intensificó su represión contra la Iglesia católica. En febrero de 2023, privó a 316 personas de su nacionalidad y las expulsó del país.

Actualmente hay más de 400.000 personas procedentes de 16 países, amparadas por TPS en Estados Unidos. Según el grupo proinmigrante Immigration Forum, entre ellas hay 251.567 salvadoreños, 80.709 hondureños y 4.526 nicaragüenses. Además, hasta 323.000 venezolanos podrían obtener esa protección migratoria.

DW, EFE