El gobernador de Florida, Ron DeSantis, lanzó el miércoles su campaña por la candidatura presidencial republicana de 2024 con palabras firmes pero con un desastroso anuncio en Twitter que no fue de gran ayuda para dejar de lado las críticas de que el republicano de 44 años podría no estar listo para medirse al expresidente Donald Trump.
Si bien intentó proyectar confianza, la inusual decisión de DeSantis de anunciar su campaña con una conversación en línea con el director general de Twitter, Elon Musk, le resultó contraproducente. La transmisión de audio sufrió repetidas fallas, por lo que para la mayoría de los usuarios fue prácticamente imposible escuchar al nuevo candidato presidencial en tiempo real.
“El declive de Estados Unidos no es inevitable, es una elección. Y debemos elegir una nueva dirección, un camino que conducirá a la revitalización estadounidense”, dijo DeSantis en su entrecortada transmisión, en la que enumeró sus logros conservadores. “Me postularé a la presidencia de Estados Unidos para encabezar nuestro gran regreso estadounidense”.
Aunque a los críticos en ambos partidos les complació su turbulento comienzo, el anuncio de DeSantis es un nuevo capítulo en su extraordinario ascenso, en el que pasó de ser un legislador estatal poco conocido a convertirse en gobernador durante dos periodos y una figura protagónica en la enconada disputa nacional en cuestiones de raza, género, aborto y otros temas controversiales.
El camino de DeSantis hacia la nominación presidencial por el Partido Republicano no será sencillo.
Se suma a la contienda ubicándose detrás de Trump en los primeros sondeos, a la vez que enfrenta serios cuestionamientos en torno a sus políticas derechistas, su personalidad durante la campaña y su falta de relaciones dentro del ecosistema republicano. Ha despertado un interés significativo entre los votantes de las primarias republicanas al proyectarse como una versión más joven y presidencial que el exmandatario de 76 años.
El candidato republicano espera enfrentarse al presidente Joe Biden en la elección general en noviembre de 2024.
DeSantis se suma a otros aspirantes republicanos como Nikki Haley, exembajadora ante Naciones Unidas; Tim Scott, senador por Carolina del Sur; Asa Hutchinson, exgobernador de Arkansas; y Vivek Ramaswamy, emprendedor en biotecnología. El exvicepresidente Mike Pence también es considerado como un posible candidato, pero aún no anuncia su campaña.
El gobernador ha estado cortejando a votantes de las primarias en estados clave durante buena parte del año, y utilizando un comité de acción política para crear una organización política más grande que es prácticamente un equipo de campaña, y asegura que tiene al menos 30 millones de dólares en el banco.
Al optar por Twitter la tarde del miércoles, DeSantis trató de copiar una página del libro que ayudó a Trump a pasar de ser un empresario y celebridad de televisión a convertirse en una estrella política.
No resultó como lo planeaba.
El evento en línea comenzó con fallas técnicas que Musk dijo que se debían a la “sobrecarga” de los servidores debido al enorme número de personas que intentaban escuchar el evento, transmitido únicamente en audio. Más de 20 minutos después del horario de inicio programado, los usuarios seguían reportando que eran expulsados de la transmisión, escuchaban retroalimentación sonora y otros problemas técnicos.
“Se nota por las fallas que es un evento real”, dijo Musk.
El equipo de Trump se burló de DeSantis.
“Esto es un desastre. No me sorprende”, tuiteó Chris LaCivita, asesor de Trump.
DeSantis, quien probablemente no hubiera sido gobernador de Florida sin el respaldo de Trump, ha adoptado la personalidad combativa, las políticas populistas e incluso parte de la retórica y gestos del expresidente.
Con todo, DeSantis tiene algo de lo que carece Trump: puede argumentar que sería más elegible que el expresidente, quien enfrenta varias amenazas legales, incluidos cargos penales en Nueva York, y viene de presidir derrotas republicanas en tres elecciones nacionales consecutivas.
Hace apenas seis meses, DeSantis ganó su reelección en Florida con una asombrosa ventaja de 19 puntos porcentuales, incluso mientras los republicanos en otros estados pasaban apuros. También registró varias victorias legislativas en el Congreso local, controlado por su partido.
Consciente del arrastre de DeSantis, durante los últimos meses Trump se ha enfocado casi por completo en socavar su atractivo político. Trump y su equipo creen que DeSantis podría ser la única amenaza real para su nominación.
AP